El sánguche de Mechada

El primer mortal iluminado al que se le ocurrió sacar la mechada que había sobrado adentro de la olla y meterla a un pan merece todo nuestro respeto, admiración y reverencias. Es que chitacay el sánguche pa’ güeno.

Carne mechada sabrosa y blanda gracias al pollo ganso hecho a fuego lento y reposado en los mismos jugos de la cocción. Pedacitos más dulces de zanahoria que se cuelan en nuestro sanguchito, ajo y más y más cucharadas de ese caldo enjundioso que nos sirve para remojar el pancito. Marraqueta crujiente, amasado grande de campo, italiano ciabatta, baguette o lo que quieran: lo importante es que nuestro pan retenga la mayor cantidad de líquido para llenarnos de alegría al primer mordisco.

Mechada Luco si es con queso fundido que se une con toda esa carne maravillosa, o italiana con tomates aromáticos de temporada, palta blandita y mayo casera; Brasileña si es con palta y queso; Turca si lleva huevo más queso; Dinámica si le echamos palta, salsa americana, salsa verde, tomate y mayo; A lo Pobre si tiene Huevo, Cebolla Frita y Queso; Chacarera con porotos verdes, tomate y ají; Alemana si es con chucrut, tomate y mayo o bien solita, con harto jugo y un poco de pebre.

Como sea el sánguche de mechada es delicioso y bien lo sabe una picada por excelencia: La Marita en La Vega Central cocina la carne en el mismo jugo que hace el costillar (qué maravilla, quiero llorar), le agrega más aliños aún, sirve en marraqueta crujiente sobre un plato plástico y le pone un té dulce al lado por si llegan temprano y con frío.

¿Qué mejor? El precio: este combo con suerte supera los $2.000, dependiendo de los agregados adicionales que escojan. Un monumento al patache sanguchero capitalino que ojalá no se pierda jamás. Local 837 y un teléfono que espero que todavía esté operativo: 2 777 56 83. ¿Vamos a darnos una vuelta?