21 octubre 2014

Ladies First: Selina Meyer en Veep

Por @negracesante

Crecí viendo como la hechizada y la bella genio le pedían permiso a su marido y amo para utilizar sus poderes. Tuve hasta una gata llamada Samantha y un disfraz rosa de Jenny. Corría de la escuela a la casa para alcanzar a ver los episodios completos. Hasta que llegó Julia y lo cambió todo.

Julia Louis-Dreyfus, el amor de mi vida. Nadie es mejor creando líderes negativos para seguir y amar. Ya sea como la independiente y compleja Elaine Benes en «Seinfeld», la incómoda y exasperante Christine en «The New Adventures of Old Christine» o la ambiciosa y egocéntrica Selina Meyer en «Veep«.

¿Se puede ser brutalmente divertida y encantadora, siendo egoísta, vanidosa y cruel? Claro que sí y la Louis-Dreyfus lo sabe. No es gratuito que sea la única que ha conseguido el Emmy a Mejor Actriz de Comedia, en cinco ocasiones, por tres papel distintos.

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El último papel que la tiene en el primer lugar de mi corazón es el de la Vicepresidenta Selina Meyer en «Veep», una sátira política donde Julia vuelve a abrazar sin vergüenza alguna todas las fallas de personalidad de un personaje neurótico y exquisitamente histérico.

En la mayoría de las comedias políticas, las mujeres tienden a ser virtuosas, intachables y altruistas quedando absolutamente ajenas a la mediocridad e ineficiencia que tan libremente se le asigna al político corrupto, el que el 99% de las veces es representado por un hombre. Es como si los guionistas le temieran a las hordas feministas reclamando por los estereotipos negativos en la TV y optaran por escribir solo sobre mujeres admirables. Una soberana lata.

La sátira política lograda por Julia Louis-Dreyfus y el seco de Armando Iannucci (In the Loop, The Thick of It), creador de la serie, siempre ha sido diferente en este sentido. En «Veep», ser mujer no te exime de ser tonto. ¡Aplausos por eso! ¡Al menos aquí somos todos iguales!

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Selina Meyer es torpe, egoísta y manipuladora, su sentido del humor es negro y retorcido, y rara vez filtra sus descarnados comentarios sobre su equipo o sobre el mismo Presidente de los Estados Unidos. Cómo olvidar su sonrisa de felicidad cuando le comentan que POTUS (President of the United States, código utilizado para referirse al primer mandatario) sufrió una especie de ataque cardíaco y que debe reemplazarlo.

El núcleo moral de «Veep» es una sátira donde la protagonista quiere desesperadamente ser vista como una buena persona, pero todos sus intentos de cortesía más básicos le explotan en la cara debido a su egoísmo intratable y a su incapacidad para reconocer que existen otras personas en el mundo, además de ella.

Selina es una madre narcisista y una diva, capaz de apagar la música en la fiesta de cumpleaños de su hija porque tiene que cerrar un trato con un político o de pedirle a su asistente que le cambié el nombre a un huracán porque no quiere leer en los periódicos: “Selina destruyó Nueva Orleans”.

La verdadera familia de Selina son sus ineptos colaboradores interpretados por un elenco de lujo.

Su jefa de personal, Amy (Anna Chlumsky), tiene momentos donde despliega toda su inteligencia, los que terminan pronto cuando la veep la manda a tirar la cadena de un baño que acaba de ocupar.

Mike (Matt Walsh), en el papel del encargado de comunicaciones que pretende tener un perro para zafarse de reuniones hasta tarde en la oficina o de los viajes aburridos. Y cuyo plan de contingencia ante una crisis incluye frases como: “¿Y si Tom Hanks muere hoy? Está noticia pasará a segundo plano, creo que es mejor quedarnos callados y no exagerar este asunto”.

Dan (Reid Scott), el joven ambicioso siempre al borde de cometer un delito en su rol de ayudante sin escrúpulos, Sue (Sufe Bradshaw) la mordaz y eficiente secretaria que mantiene algo de cordura dentro del equipo. Y finalmente, Gary  (un siempre adorable, Tony Hale) como el «hombre de la bolsa», un siervo encargado de seguir a Selina como teleprompter humano entregándole trivia sobre la gente con que la que se cruza, mientras saca hábilmente de su bolso un gel desinfectante para manos, un té de hierbas para los nervios o unos tampones de emergencia.

Selina y su equipo.

Selina y su equipo.

Este caótico grupo de personajes centra sus esfuerzos en salvar a la veep de sí misma, formando, por ejemplo, un muro humano en torno ella y caminando a su alrededor fingiendo estar inmersos en una conversación sobre temas de importancia nacional para sacarla de una situación incómoda. Todos con caras muy serias exclamando al azar palabras como: ¡legislación!, ¡independencia!, ¡congreso!

Es innegable que Selina ostenta un cargo importante, pero su rol de segunda la tiene constantemente en condición de marginada e irrelevante. “¿Ha llamado el presidente?” “No”, es la broma recurrente en la serie, mientras la vemos correr en círculos gritando a sus subordinados y tratando de parecer más esencial de lo que realmente es.

El desorden y las blasfemias son pan de cada día en la oficina de la Vicepresidenta Meyer y es salvajemente refrescante ver una sátira política donde una mujer en un cargo de poder puede hacer descaradamente mal su trabajo y ser horrible con sus subordinados, sin perder un centímetro de nuestra simpatía. Y todo eso está perfecto, son las mismas bromas que solemos hacer sobre los políticos sin escrúpulos ¿Por qué deberían ser distintas si están sobre un par de tacones?

Julia Louis-Dreyfus encontró su mejor papel post-Seinfeld como Selina Meyer, y sus meteduras de pata, incorrección política e ingenio son nuestro deleite personal. El show es sobre el poder, pero en última instancia es sobre las personas que no tienen poder alguno, es decir, sobre todos y cada uno de nosotros.

Yo Voto, Selina Meyer.

Las tres temporadas de Veep se encuentran disponibles para el siempre apetecido formato maratón en la plataforma HBO GO.

Ángela Díaz Camus

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