5 mayo 2016

Respirar: por qué es tan importante y cómo hacerlo mejor

De todas las conductas que logramos mejorar con la práctica de yoga y meditación, una de las más poderosas es dejar de hacer las cosas de manera mecánica y empezar a pensar en lo que hacemos. Hay un millón de cosas que hacemos sin pensar: hábitos, costumbres, respuestas aprendidas, reacciones, etc., y dejar de hacerlo no es fácil.

Nuestro cuerpo tiene algo de eso, con un sistema nervioso autónomo que sabe cómo reaccionar ya sea frente al peligro, al hambre o al sueño, es decir sabe cómo mantenerse vivo sin que nosotros se lo pidamos. La respiración y los latidos del corazón regulan el intercambio de gases para poder entregar una cantidad adecuada de oxígeno a las células del cuerpo: ambos son movimientos involuntarios, pero eso es biológico.

Si involucramos a nuestra mente, el control de la respiración está súper ligado a ella, y quienes practicamos yoga sabemos cuánto poder tiene observar la respiración. En un momento de enojo –por ejemplo–, ser testigos y a la vez dueños de nuestra respiración nos ayuda a controlar nuestra mente y a calmar nuestras emociones.

Más aire, mejor vida

En un mundo moderno estresado, sobrecargado de información, apurado e hiper conectado, es bueno tener herramientas que nos enseñen cómo estar mejor, cómo bajar la neurosis, y tener tips para respirar de manera consciente es un importante primer paso.

¿Se han fijado cómo cambia nuestra respiración según nuestro estado de ánimo? Cuando estamos preocupados, respiramos mucho más rápido, más cortado que cuando estamos calmados (todos hemos visto a alguien ponerse rojo de rabia por la falta de aire). Podemos hacer lo mismo, pero al revés: usar la respiración a nuestro favor, manejarla y guiarla para que nos enseñe cómo manejar las emociones negativas.

Y si nos gusta hablar de ciencia, controlar nuestra respiración nos ayuda a disminuir el ritmo cardíaco y la presión sanguínea (lo que a su vez disminuye las posibilidades de tener un ataque cardíaco y un derrame cerebral). También aumenta la cantidad de oxígeno en nuestra sangre y nuestro metabolismo, además de disminuir nuestro estrés.

Un reflejo que puede manejarse

Soy bastante ansiosa y bien seguido me siento ahogada porque tengo demasiadas cosas en la cabeza. La respiración yóguica completa es lo que en yoga llamamos pranayama, o control de la respiración, y consta de una serie de pasos que al unirse logran un movimiento respiratorio armónico y amplio.

Para empezar, inhalamos desde la parte baja del abdomen, creciendo hacia la base de los pulmones, abriendo las costillas y luego subiendo hasta las clavículas, que se separan horizontalmente para permitir que los pulmones se llenen de aire hasta su parte más alta.

Para botar el aire, el proceso es el contrario, desde lo alto de las clavículas y terminando en el abdomen, que al contraer los músculos permite botar todo lo que queda del aire (incluso ese aire viciado que ha quedado dando vueltas sin salir). De esta forma, respiración abdominal, torácica y clavicular se unen en una misma, permitiendo usar al máximo nuestra capacidad pulmonar, y por ende, nuestra capacidad respiratoria.

Usémoslo a nuestro favor: respirar es algo que hacemos de manera instintiva, espontánea, por lo mismo es que lo subestimamos y no nos damos cuenta del poder que tiene sobre nosotros. Si el pranayama nos parece confuso, nada como inhalar y exhalar profundo un par de veces para bajar la intensidad de la vida.

Catalina Avendaño

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