13 julio 2016

¿Qué es la dieta higienista?

Es la nueva dieta de moda que, como muchas otras, promueve volver a la naturaleza. Hace unos años es tendencia eliminar de nuestra dieta los alimentos procesados como el azúcar, dejar los lácteos y comer verduras crudas, entre otros hábitos que apuestan a mejorar nuestra salud.

La lógica es, a mis ojos, bastante simple: comer más saludablemente. En la dieta higienista esto tiene una serie de beneficios, entre los que está facilitar la digestión del organismo y bajar de peso.

Eso sí, lo que proponen los higienistas no son sólo fundamentos alimenticios, también son hábitos de vida. Salir de la ciudad para estar en contacto con la naturaleza, tener conciencia de los cambios de las estaciones, evitar los remedios lo más que se pueda, hacer deporte, descansar lo suficiente y sanar nuestras emociones, son actitudes que sabemos que nos hacen bien y que debiéramos hacer mucho más seguido.

Dieta Higienista: La naturaleza como fuente de vida

Seguir la dieta higienista significa alimentarse de productos que provienen de la naturaleza, en la estación del año que les corresponda, crudos (para mantener sus propiedades intactas) y como siempre, ojalá orgánicos, es decir libres de químicos.

Si quieres probar esta dieta, te dejo algunos datos de lo que tienes que hacer. Pero ojo, siempre es importante hablar con un doctor antes de comprometerse demasiado con un cambio alimenticio. Acá van:

  • Preparar tu comida en vez de comprar comida envasada. Es sabido que si compras algo con un ingrediente que no puedes pronunciar, es altamente probable que no sea sano. La salsa de tomate o las barras de cereales, por ejemplo, tienen más azúcar de la que podemos imaginar, y hechas en casa –además– son mucho más ricas.
  • Aumenta el consumo de verduras frescas; tienen vitaminas y minerales por montón y son bajos en calorías. Es recomendable comer fruta entera y no en jugos, para aprovechar al máximo sus nutrientes, como por ejemplo la fibra.
  • Elimina la grasa saturada (carne, queso, mantequilla, etc.) y elige la grasa buena que está en el aceite de oliva, almendras y pescados. Mientras que las primeras aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, las segundas aumentan el colesterol bueno de tu cuerpo. Tip para evitar la mayonesa en el sándwich: palta molida.
  • Disminuir el trago. La dieta higienista no está totalmente en contra del alcohol, pero hay que bajarlo considerablemente. Como ya sabemos, el alcohol nos deshidrata y además tiene muchas calorías, sobre todo si hablamos de los tragos mezclados con azúcar añadida.
  • Medirse con la sal. La sal que venden en los supermercados aumenta la presión sanguínea, entre otros problemas cardiovasculares. Cocinar con hierbas y especias es una alternativa para salar la comida, y si usas, opta por la sal de mar, o algún tipo de sal que no haya sido tratada.
  • No sólo “granos” sino que “granos enteros”. A esto súmale quínoa, avena y arroz integral. Estudios han demostrado que las personas que comen granos enteros tienen menos grasa abdominal que las que no. También agrega a esta lista las legumbres.
  • Dieta disociada: los carbohidratos no se mezclan con las proteínas porque –de acuerdo a los higienistas– la digestión funciona con un tipo de jugo gástrico a la vez, y si mezclamos, todo el proceso se complica.

Con este tipo de dietas, como la conocida dieta alcalina, nos damos cuenta de cómo la gente está volviendo a interesarse por una alimentación consciente y saludable. Si bien es muy difícil alimentarse sin químicos, al menos está la intención de hacerlo, buscar alternativas y a su vez, disminuir cada vez más los alimentos que no nos nutren.

Conoce más consejos y tendencias en este enlace.

Catalina Avendaño

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