18 enero 2017

El poder de los mudras

Hay algunas imágenes que no entendemos, pero podemos relacionar con el mundo de la meditación y el yoga. Los mudras son parte de este imaginario, y aunque no sabíamos que ése era su nombre, podemos reconocer los gestos que se forman con los dedos y las manos.

El uso de los mudras viene de las religiones de la India, como el budismo y el hinduismo, y están relacionados con prácticas espirituales milenarias que han llegado hasta nosotros hace no muchos años.

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Poderes ancestrales

De acuerdo a las enseñanzas del yoga, que tiene 5.000 años de vida, los dedos son como circuitos eléctricos que pueden redirigir y balancear la energía –o prana- permitiendo que este flujo energético sea direccionado hacia el resto de nuestro cuerpo.

Los yoguis dicen que la energía se escapa por nuestros pies y nuestras manos, por lo tanto, para evitar que esto pase mientras meditamos o durante los ejercicios yóguicos de respiración (pranayama), sellamos nuestras manos, permitiendo así que la energía sea reciclada, volviendo siempre al cuerpo y manteniéndose ahí, en nuestros canales energéticos conocidos como “nadis”.

Todo nuestro cuerpo habla de nuestra actitud, y cuando tenemos una postura meditativa y lo combinamos con nuestras manos, todo en nosotros está alienado hacia ese propósito. Durante la meditación, los mudras también nos ayudan a entrar en ciertos estados de concentración e introspección.

Cuando hablamos del poder de los mudras, no se trata de esoterismo: como muchas de las prácticas de yoga, la ciencia lo ha comprobado. Efectivamente hay electrones libres en la punta de cada uno de nuestros dedos, y al presionarlos entre sí o con las palmas de las manos, pueden redirigir la energía.

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Gestos que sanan

La terapia realizada a partir de mudras, nace de la idea de que cada uno de nuestros dedos está relacionado con un elemento vital. El pulgar es el fuego, el índice es el aire, el dedo medio es el éter, el anular es la tierra y el dedo chico es el agua.

Similar al Ayurveda –el antiguo sistema medicinal tradicional de la India– la terapia de mudras plantea que para sanarnos de las enfermedades, es necesario equilibrar estos cinco elementos, tocando y alineando cada uno de nuestros dedos.

De esta misma manera, y como muchas otras cosas en el mundo del yoga, los mudras nos ayudan a mover y transformar las energías estancadas. De acuerdo a Gerturd Hirschi, autora de El Yoga en tus Manos: “cuando un mudra es realizado con plena concentración y manteniendo un estado de serenidad, la actividad cerebral se calma y se regenera”.

Son increíbles los beneficios que podemos obtener cuando aprendemos a parar. Acostumbrados al estrés, a las preocupaciones, a vivir en el pasado o en el futuro, las diferentes prácticas que nos entrega el yoga, son un espacio necesario de interiorización que sana el cuerpo.

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Anjali Mudra

La teoría muchas veces se nos hace difícil de captar, por eso en el yoga todo se trata de práctica. Para entender lo que son los mudras, podemos intentarlo con uno de los más sencillos: Anjali Mudra, el gesto que reconocemos con una actitud de devoción, por ejemplo para rezar. También lo hacemos como señal de respeto y al saludar, una costumbre que los practicantes de yoga hemos tomado de la India.

Sólo con juntar nuestras palmas lo estamos haciendo. Podemos llevarnos las manos al pecho, un gesto que al menos a mí me ayuda a entrar en un estado de calma y de introspección, de escucharme.

Les propongo sentarse con las piernas cruzadas y con Anjali Mudra frente al pecho. Puedes inclinar levemente la cabeza, cerrar los ojos y concentrarte para ir reconociendo cómo encuentras un lugar de calma y silencio dentro de ti.

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¿Has practicado otros mudras? ¿Cuáles?

Catalina Avendaño

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