Grandes Mujeres de la Historia: Victoria Kent

Hablar de Victoria Kent es hablar de parte significativa de la historia española y, por sobre todo, del papel de la mujer en la historia reciente de habla hispana.

Victoria fue la primera figura femenina en estudiar en el Colegio de Abogados de Madrid , en 1924, período en que España se encontraba bajo la dictadura de Primo de Rivera. Eran, por decir lo menos, tiempos difíciles de sobrellevar.

Nacida en Málaga en 1898, desde joven presentó inquietud por alzar la voz femenina en ambientes donde primaba la presencia masculina. De hecho, Victoria fue la primera mujer en el mundo que se enfrentó en una disputa legal ante el tribunal militar.

En aquellos años las mujeres aún no tenían el derecho a voto. Y, pese a su postura feminista, Victoria Kent se negaba a que su género lo obtuviera, vislumbrando un presunto voto con consecuencias conservadoras en los resultados.

Gracias a su desempeño frente al  juzgado militar, fue reconocida como una abogada de prestigio y se impuso como tal.

Su vida como mujer de política

Ya como miembro del partido Radical Socialista, fue elegida diputada, recordándose su labor por su férrea postura en contra del voto femenino. Se recuerda su actitud firme y decidida, ante lo cual se posicionó con una labor más bien humanitaria en el tratamiento de los presidiarios, dando por antecedente mejoras significativas en la historia penitenciaria de España.

Dada su inclinación de izquierda y, con el inminente comienzo de la Segunda Guerra Mundial, tuvo que esconderse de la persecución de la Gestapo. Estuvo cerca de cuatro años oculta en Francia, lejos del yugo nazi. Aquí se inspiró y escribió el libro «Mis cuatro años en París», editado en 1948.

Lejos de sus tierras, tuvo que radicarse en México y Estados Unidos, donde, en 1954, desarrolló la revista para exiliados políticos españoles, llamada «Ibérica».

En los años 50, y ya radicada en Nueva York, forma parte de la sección de Defensa Social de las Naciones Unidas . Por supuesto, siendo una de las primeras mujeres en destacar en importantes puestos de la naciente ONU.

Murió en 1987, casi a los 100 años de edad y justo en la llamada capital del mundo, Nueva York, lugar donde vivió sus últimos años.