9 abril 2015

¿Treintona o treinteañera? Dos formas de vivir la vida

Más que un juego de palabras,  una forma de vivir y enfrentar una etapa de la vida que parece ser mucho más decisiva de lo que uno cree.

Cuando tenemos 15 todo un mundo se nos aparece, los carretes del colegio, el niño que te gusta, las juntas con las amigas, las primeras borracheras y la libertad de responsabilidades, pero con restricciones económicas y de permisos de los padres.

Cuando cumplimos los 18 una nueva etapa nos cae encima, nos despedimos del jumper, corbatas y de nuestros compañeros que en algunos casos han sido de toda la vida. Tenemos que comenzar a decidir si estudiaremos y qué. Estudiar en la universidad es otro gran momento,  se experimenta por primera vez la libertad absoluta,  dejar de pedir permiso a los papás,  se puede salir en cualquier horario, no hay que formarse los días lunes y no hay que pedir permiso para ir al baño. Pasan los años y olvidamos que después de eso vendrá el trabajo.  Muchos esperamos con ansias ese momento, pero la verdad es que no se dimensiona su real significado.  Recuerdo la primera vez que fui al médico,  tuve que pagar mi bono y los medicamentos,  ¡me sentí tan adulta! (y encontré todo tan costoso).

Hasta aquí todo es una vorágine de nuevas experiencias, emociones intensas, el tiempo libre y decisiones que tienen un impacto en lo inmediato. Hasta que cumplimos 30.

Aquí es donde uno decide cómo quiere vivir esta etapa, cuáles emociones son las más constantes y las que guían lo cotidiano, qué experiencias serán las más significativas y cómo se quedan ancladas en nuestra historia, cómo integramos a los nuevos amigos y como nos relacionamos con los novios, cómo incorporamos el crecimiento personal y laboral. Dependiendo de cómo vivimos nuestro día a día, ¿eres treintona o treinteañera?

Las treintonas

Son las mujeres que llegados los treinta se les cae el mundo. No pueden creer que sólo les queden 10 años para los 40. Cuando eran chicas se referían a las mujeres de 30 como «señoras» y llegar a esta edad es sentirse a un paso de la ancianidad. Tienden a ver la vida de forma radical, todo justificable por la dura realidad que les ha tocado vivir, los novios no han sido de lo mejor, creen que tienen un imán secreto que solo atrae una fina selección de lo peor del género masculino.

Las canas y las arrugas son permanente recuerdo de lo vieja que se están poniendo, rápidamente comienzan a teñir el pelo y usan cremitas «anti age» que mágicamente les quita un par de años de encima.

Han tenido buenos y malos momentos en su vida laboral, siempre les toca el jefe mala onda o la compañera de trabajo chismosa. Con más de 6 años de experiencia profesional, sienten que deben hacer un cambio, ¿hacia dónde? No tienen idea pero sienten que eso es lo que necesitan, ese es el boleto seguro para años de mayor plenitud y felicidad.

 

Las treinteañeras

Estas mujeres de 30 aún conservan el espíritu de los veinte. Valoran los buenos y malos momentos, consideran cada uno de sus pasos una oportunidad de crecimiento. Viven desde la alegría, de la libertad, el poder de tomar decisiones, con una acumulación interesante de experiencias y conocimientos que ya son parte de su identidad y de lo que proyectan. Para ellas, cada nuevo año es la posibilidad de integrar a su baúl imaginario de recuerdos nuevos momentos a atesorar. Se consideran unas enamoradas del amor,  aún con tristezas y desilusiones no dejan de tener esperanzas, no creen en príncipes, creen en hombres que acompañen sus pasos y que ambos puedan crecer en una relación basada en el amor, confianza y respeto.

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Para ellas las canas y las arrugas son la muestra visible de la experiencia, no las esconden, las observan y descubren con naturalidad. Aunque también usan cremas, las aprecian como un cuidado dedicado y amoroso a su piel.

El trabajo es un deleite, les gustan los nuevos desafíos, disfrutan los momentos en que se pone a prueba su capacidad e intentan generar y ser parte de espacios en los que se sientan cómodas. Siempre están aprendiendo, buscando más conocimiento que les ayude a crecer y contribuir a su trabajo.

Ser treintona o treinteañera no es una etiqueta ni una decisión inflexible, podemos transitar por las dos o sólo quedarnos en una. Todas las mujeres somos buenas amigas, lo pasamos bien, nos reímos y nos enamoramos. Como mujeres tenemos fuerza inagotable e infinita para cambiar y reinventarnos cuantas veces queramos.

En este momento de tu vida, ¿eres treintona o treinteañera?

Mariluz Soto

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