30 enero 2017
Alimentación biodinámica vs. alimentación orgánica
El año todavía está empezando y es un buen momento para proponernos mejorar nuestros hábitos alimenticios. En el último tiempo hemos visto una tendencia importante hacia una alimentación más sana, y si bien todavía hay algunas personas que se meten en dietas peligrosas, hay mucha gente que ha entendido la importancia de alimentarse bien y de forma nutritiva.
El tema (temazo) de la comida parte con estar preocupados de qué comemos sólo para intentar bajar de peso, manteniendo los mismos hábitos o cambiándolos por un tiempo limitado. Eso no funciona.
Lo biodinámico
La primera vez que escuché hablar de agricultura biodinámica fue hace unos 10 años, cuando visité la Viña Matetic. Llamó mi atención la preocupación por los ciclos, las fuerzas vitales y la interdependencia, cuando eran pocos los que hablaban de eso. Me hizo todo el sentido del mundo y fue ahí cuando empecé a entender lo que significa ser sustentable.
El biodinamismo plantea un sistema que es capaz de mantenerse en equilibrio por sí solo, sin la necesidad de intervenciones externas. Es similar a la agricultura orgánica en que ambas evitan el uso de fertilizantes, pesticidas y herbicidas, buscando alternativas que logren el mismo resultado. Una parte interesante del cultivo es que sigue un calendario de siembra de acuerdo a las estrellas.
En la práctica es una combinación de los cultivos y el ganado, se reciclan nutrientes, se mantiene el suelo, uso de cenizas, compost, abonos verdes y rotación de cultivos. Este último se trata de sembrar diferentes especies de plantas –con diferentes necesidades y atributos– en el mismo lugar, de manera que el suelo no se agota y que las enfermedades de un tipo determinado de planta no se perpetúa.
Lo orgánico
Cuando entendemos que mientras más frutas, verduras, granos enteros, grasas buenas, mejor será nuestra salud, algo cambia en nuestra vida. El paso siguiente es ser más exigentes: hacia una alimentación sustentable, que no sea modificada genéticamente, sin químicos, antibióticos, preservantes, hormonas o pesticidas.
Al no tener nada de esto, las frutas y verduras son más frescas, más saludables y, por supuesto, tienen mejor sabor. Además, se conserva el agua, reduce la erosión del suelo aumentando su fertilidad y usa menos energía. Para qué decir cómo las personas y animales que viven cerca de estos cultivos están menos expuestos a químicos.
No sólo la agricultura es orgánica, los animales también. De hecho, un estudio de la Universidad de New Castle demostró que la carne y la leche orgánicos podrían ser más saludables porque son alimentados sin hormonas ni antibióticos, pastan durante cierta cantidad de horas en vez de estar encerrados, es decir no son animales maltratados.
En concreto, estos alimentos cuentan con un 50% más de ácidos grasos Omega 3, a su vez que la leche mayor cantidad de hierro y vitamina E, entre otros nutrientes.
¿Cuál es mejor?
Es como si cada vez entendiéramos más que estamos aquí de visita y que la Tierra no nos pertenece. Por eso, después de poner sobre la mesa la agricultura biodinámica y la agricultura orgánica, no es necesario elegir.
Aunque todavía hay personas que dicen que es cuento, estoy convencida de que una manzana genéticamente modificada que crece con pesticidas, no es lo mismo que una que no. O que una gallina que no sale de su corral y se alimenta de antibióticos y hormonas, vive igual a una que pasta y corre libremente. A mí me parece obvio.
Solo imaginemos cómo viviríamos nosotros si nos encerraran y nos alimentaran de químicos ¿seríamos iguales? No necesito ningún estudio científico que me lo diga, por supuesto que importa lo que le metemos a nuestro organismo durante toda la vida. Los invito a pensar en eso e intentar cambiar nuestros hábitos alimenticios este año.
