Ya hemos hablado sobre las diversas dietas que muchas hacen en esta época. Hay de varios tipos, pero ciertamente, lo que no debe faltar en nuestro día a día, es el consumo de frutos secos.
Y es que los frutos secos tienen funcionalidades infinitas en cuanto a gastronomía. Pueden ser utilizados como snacks, como parte de dulces y pasteles, podemos incluirlos en las ensaladas, en las carnes y mariscos, entre varias opciones.
Las propiedades de los frutos secos
Según el sitio Mejor con Salud, los frutos secos ayudan a aumentar el llamado colesterol “bueno”, debido a su rica fuente de grasas saludables, además de los ácidos grasos oleicos y linoleicos, así como los Omega 3.
Los frutos secos combaten el envejecimiento, esto gracias a que son antioxidantes y ayudan a combatir los radicales libres, los cuales son los que cooperan en la generación de enfermedades degenerativas y el envejecimiento anticipado.
Los frutos secos ayudan a calmar el estrés, la sensación de fatiga y los síndromes premenstruales, gracias a la gran cantidad de ácido fólico que contienen. Asimismo, estos son ricos en fibra y proteína, por lo que son un alimento ideal complementario.
¿Cuáles son los más requeridos?
- Nueces: Contiene ácidos grasos Omega 3, lo que ayuda a controlar el aumento de peso, protege el sistema cardíaco y mejora los niveles de colesterol.
- Almendras: Ayudan a absorber las grasas y nos protegen de los radicales libres que mencionamos antes. Además de que son exquisitas y se pueden consumir en cualquier momento y lugar.
- Maní: Compañero fiel de veladas, el maní contiene folato el cual ayuda y protege los deterioros cognitivos. Se recomienda que sean consumidos por embarazadas y personas vegetarianas.
- Avellanas: Al igual que las almendras, son consideradas frutos secos sofisticados, pero además de su exquisito sabor, ayudan a prevenir enfermedades del corazón e incluso el Alzheimer.