Este minicomponente LG no tiene nada de mini. No pasa piola. Desde que lo instalamos en el living para hacer este review, que no ha pasado desapercibido para nadie de los que han entrado.
Desde el sonido que incluso en un edificio antiguo se anuncia desde el pasillo si le activamos el Bass Blast -y más aún con el Sub Woofer– hasta sus 3 parlantes, con ese azul eléctrico y la X grabada en el centro.
Gracias a este minicomponente amenizamos una gran celebración que hicimos con el grupo ampliado de editoras y colaboradoras de Zancada, y donde escuchamos hasta cassettes antiguos de Madonna y de Guns ‘n Roses, además obviamente el The Suburbs de Arcade Fire (que no he podido dejar de escuchar ni pretendo hacerlo desde que lo descargué al iPod), el cd de Warsaw que descubrió la Paty Leiva y la lista en Grooveshark que nos hizo Juana Rosa desde Corea.
No voy a negar que el tamaño del equipo y la cantidad de funciones que parece tener dan un poco de susto a primera vista, pero menos mal que éstas se disipan con la simpleza del control remoto, que no puede ser más sencillo, con menos botones y fácil de usar, lo que me sorprendió gratamente (hace tiempo que no veía un control remoto de nada sin botones que, de antemano, sé que jamás voy a apretar) y facilitó el uso el minicomponente no sólo en ocasiones especiales como esa celebración, sino que a diario.
Espero nos lo dejen para celebrar el 18 y poder poner en él desde algún viejo cassette de Los Tres hasta el cd de Odisea o un disco en mp3 de Los Prisioneros. Aunque no pasemos desapercibidas ni al bailar solas en la casa.
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