10 mayo 2017
Impresión en 3D: una inteligente solución para colonizar Marte
Hace un par de semanas Netflix, estrenó Generación Marte, un documental que ahonda en los anhelos de la nueva generación de jóvenes de llegar a Marte. Ellos lo ven como algo plausible y estiman que ha pasado tanto tiempo desde el último gran evento en la exploración espacial, la llegada del hombre a la Luna, que ya es hora de dar un paso más allá. La NASA ya trabaja en ello y, paralelamente, SpaceX asegura que pondrá los pies de un hombre en parte a mediados de la década de 2020.
¿Pero cómo sería posible la vida en el Planeta Rojo? Una fascinante idea que ronda la mente de los expertos es: imprimiendo en 3D todo lo que la comunidad de terrícolas en Marte necesite. Aquí lo que hasta ahora sabemos.
La tierra funciona como tinta
Pongámonos en el escenario de que llegamos a Marte en nuestra nave y traemos con nosotros la súper impresora 3D. Estamos listos y ansiosos de comenzar nuestra colonización y el único pero que tenemos es, ¿en qué material imprimimos? Toda impresora necesita de su «tinta» y en el Planeta Rojo no hay más que tierra y más tierra. ¿Podría usarse la tierra como materia prima de impresión 3D?
¡Sí! Y utilizando esta estrategia, podríamos ahorrarnos el transporte de material al vecino planeta. Un grupo que ha trabajado en impresión 3D con grafeno y nanotubos de carbono, perteneciente a la Universidad de Northwestern, ya realizó una primera prueba.
Han debido simular el polvo que se encuentra en Marte o en la Luna y, para ello, han tomado las muestras de las que disponemos. Las han analizando químicamente, y han creado un polvo muy similar, pero sintético, compuesto por óxido de aluminio, dióxido de silicio, óxido de hierro y otros componentes combinados con un biopolímero.
A partir de este componente, su pusieron a imprimir una serie de objetos que eventualmente necesitaríamos si llegamos a Marte: herramientas y ladrillos, tanto materiales flexibles como rígidos, que están compuestos en un 90% por «polvo marciano». ¡Y funcionaron a la perfección, siendo resistentes y prácticos!
Así, mientras SpaceX planea convertirse, en 2018, en la primera empresa privada en llevar su propia nave no tripulada a Marte, la NASA pretende apoyar la misión con su tecnología. SpaceX trabajará en la construcción de una cápsula sin tripulación llamada Red Dragon y el cohete Falcon que la ayudará a ponerse en órbita. Por su parte, la NASA colaborará a través de su plataforma comunicacional Deep Space Network, una red de telescopios alrededor del mundo que mantiene a las naves en permanente contacto con la Tierra, independientemente de los giros de ésta.
De esto a que un hombre camine en Marte, ¡hay sólo un paso!
