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Tres y más razones para convencerte de hacer yoga

A veces, los que hacemos yoga tenemos problemas explicando a otros por qué esta práctica tiene beneficios notables. Nos vemos a nosotros mismos hablando del flujo de la energía vital o de la conexión divina, argumentos esotéricos que pueden asustar a la mayoría de la gente. O decimos que nos cambió la vida, cuando lo que los demás ven es algo bastante parecido al pilates.

Por suerte para todos los incomprendidos, la ciencia nos apoya con estudios que han demostrado de forma empírica todos los cambios que se producen en nuestro cuerpo y mente a medida que nos involucramos de verdad y mantenemos una práctica estable.

Pero vamos a lo concreto, ¿qué cambios se producen en tu cuerpo cuando haces yoga?

A nivel físico

 A nivel mental

Además, nos entrega las herramientas para enfrentar la frustración y a la vez saber que somos capaces de superarnos a nosotros mismos. El ego manipula nuestra mente; cuando entramos al mat podemos enfrentarlo y aceptar nuestras carencias, con muchas ganas de mejorar.

Por ejemplo, nos permite reconocer nuestro esfuerzo aunque la persona de al lado lo haga mejor que nosotros. El trabajo constante y el esfuerzo lentamente darán frutos y veremos que somos capaces de mucho más de lo que pensábamos, no sólo en el mat sino que también fuera de él.

A nivel energético

A nivel energético, permite que la energía fluya por nuestro cuerpo, ayudando a liberarla cuando hay ciertos bloqueos. No sólo la práctica de posturas nos ayuda, la meditación también es clave para el equilibrio de nuestra energía (y también de nuestras emociones).

Cada uno de estos cambios aparecen de forma paulatina, no de un día para otro. Hay cosas que necesitan de más tiempo, pero más temprano que tarde nuestros cuerpos empiezan a cambiar. Por lo mismo hay mucha gente que una vez que empieza con yoga puede dormir mejor, se enferma menos, o cambia su alimentación.

De lo contrario, no usar nuestro cuerpo a toda su capacidad hará que sus funciones vayan debilitándose. Las articulaciones, por ejemplo, se secan y eso causa fricción entre ellas, los huesos pierden densidad, los músculos y los órganos se atrofian y las vértebras se juntan cada vez más (¡por eso nos achicamos cuando envejecemos!). Lo mismo pasará con nuestra mente.

Los invito a atreverse, a probar esta práctica y formarse su propia opinión.

¿Practicas yoga? ¿Has visto cambios en tu cuerpo y en tu mente?