LG Blog

¿Descubrió un adolescente una ciudad maya usando Google Earth?

Esta historia es digna de una película: cómo un chico canadiense logró que su descubrimiento arqueológico diera la vuelta al mundo y luego, frustrado, fue testigo del derrumbe de su teoría en un par de días y de la mano de expertos. La historia era tan fantástica que alimentó las imaginaciones tipo Indiana Jones del mundo entero, lástima que, al parecer, se trataría solamente de eso, una fantasía. Vamos por parte.

¿Cuál fue el descubrimiento?

William Gadoury es un adolescente canadiense de sólo 15 años, un apasionado de las culturas y civilizaciones antiguas. Los mayas comenzaron a llamar su atención particularmente en 2012, desde que estalló el fenómeno del posible fin del mundo y todos, de la mano de los canales de televisión, casi nos paralizamos a la espera del gran cataclismo. Nada pasó, pero William quedó encantado con la cultura maya y continuó investigando.

William estudió que los mayas eran grandes observadores del universo y se hizo una pregunta, ¿será que sus ciudades las fundaban siguiendo las ubicaciones de las grandes constelaciones?

Para develar el misterio, buscó en el Códice Maya de Madrid cuáles eras las constelaciones más importantes para la cultura y fue entonces que hizo lo que muchos consideraron muy astuto, superpuso estas constelaciones a fotos satelitales de Google Earth, descubriendo que la localización de 117 ciudades mayas, correspondían exactamente con las ubicaciones de las estrellas más importantes.

Entusiasmado con su estudio, continuó investigando hasta llegar a su gran hallazgo: una de las constelaciones compuesta por tres estrellas, coincidía solamente con dos ciudades, faltaba la tercera y tenía localizado exactamente el punto en el planeta en que debía estar. Recurrió apresuradamente a las imágenes de Google Earth y buscó ese punto, lo que encontró fue fascinante: marcas geométricas que parecían esconderse bajo la tupida selva tropical… ¿una ciudad maya perdida?

Los cinco minutos de fama de William Gadoury

Su noticia dio la vuelta al mundo en pocos días y decenas de medios publicaron el impresionante hallazgo sin que aún fuese confirmado; era necesario visitar el lugar y asegurarse in situ de la situación.

Sin embargo, la Agencia Espacial Canadiense confirmó que las imágenes capturaban formas geométricas que no calzaban con ninguna formación natural. La NASA también aplaudió el descubrimiento y los espectadores de todo el mundo esperaban extasiados para ver el resultado final; imaginaban enormes pirámides cubiertas de helechos, árboles y palmeras, ocultas al mundo durante cientos de años y que, por fin, podrían resucitar y ser tan bellas y famosas como Chichen Itza y Uxmal. Pero el sueño de William de transformarse en un nuevo Hiram Bingham (el descubridor de Macchu Picchu), rápidamente se vino abajo…

Antiguas milpas (campos de cultivo de maíz) mayas

No es que el descubrimiento de antiguos campos de cultivo o milpas mayas no sea interesante… ¡pero esto versus una ciudad completa nos deja bastante decepcionados! Sucedió que el arqueólogo Geoffrey E. Braswell, de la Universidad de California, envió una carta al diario The Washington Post en la que asegura que ha realizado investigaciones en la zona junto a un grupo de estudiantes y allí no hay nada parecido a una ciudad maya:

«Una imagen muestra dos rectángulos en el borde sureste de la laguna en temporada seca. Se trata de la Laguna El Civalón en el sureste de Campeche, México (…). Las dos características rectangulares identificadas como pirámides, son pequeños campos llenos de malas hierbas. Los campos pueden ser de barbecho o pueden ser campos de marihuana activos, que son comunes en el área. No hay sitios arqueológicos importantes allí.

La segunda imagen muestra un pequeño parche del pantano en temporada seca, a unos 500 metros al norte de la Laguna El Manguito, también conocida como San Felipe (…). No hay pirámides antiguas, pero hay un sitio arqueológico colonial muy interesante cerca. San Felipe fue una parada importante en el Camino Real español  que une Campeche (México) con el lago Petén Itzá (Guatemala). El arqueólogo mexicano Teri Arias Ortiz ha trabajado en San Felipe y ha identificado varias estructuras, incluyendo lo que puede ser una iglesia muy temprana».

Braswell alabó el entusiasmo de Gadoury e inclusive dijo que esperaba que en el futuro pudiese entrar a la Universidad de California.

Tampoco el Instituto nacional de Antropología e Historia de México avaló el hallazgo, señalando que el estudio no tiene seriedad ni fundamentos y argumentando que no saben qué tipo de escalas utilizó William para hacer coincidir las constelaciones con los asentamientos.

Al parecer, y como señaló The Washington Post, se trata solamente de otra muestra de una «ciencia ciudadana» que cada vez se hace más popular en las redes, sobre todo cuando está a cargo de un estudioso adolescente.

Pese a todo, seguimos a la espera de las fotografías del lugar que pondrán punto final al tema.

¿La lección?

Como dijo el famoso Abraham Lincoln: «No creas todo lo que leas en Internet». Así se podría resumir la moraleja de esta historia, que, como muchas otras, su atractivo hizo que se viralizara rápidamente sin antes ser confirmada.

Es lo bueno y malo de Internet. No existen filtros salvo el nuestro y es por eso que ser escéptico (¡que no porfiado!) es de especial importancia en este medio.

¿Qué hacer para no caer en el próximo viral-luego-desacreditado? Contrasta fuentes de información y valora aquellas con mayor credibilidad (es decir, una revista científica por sobre lo que dice un amigo en Facebook), y por supuesto, espera a leerlo en LG Blog 😉

¿Crees en el hallazgo de Gadoury?