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Guía práctica para abandonar (o no) una serie de televisión

Todo tiene un límite. Podemos comenzar a ver entusiasmados una serie de televisión, porque nos la recomendó un amigo que sabe mucho, porque nos motiva la temática o porque actúa nuestra actriz favorita. Pero no se puede tener un paciencia infinita. A veces, por más que lo intentamos, la serie no entra, no pensamos en sus personajes mientras nos estamos duchando; sencillamente no nos gusta. Y punto, no debemos sentirnos culpables por ello. ¿Qué hacer entonces?

El crítico de televisión Todd VanDerWerff, publicó un artículo en el sitio Vox, en que muestra su guía personal para saber cuándo dejar de ver una serie, sin remordimientos. Aquí se las mostramos.

La regla número 1: Puedes dejar de ver un programa de televisión en cualquier momento y por cualquier razón

Siempre vas a encontrar algo mejor si el programa o serie que estás siguiendo no te gusta. Lo repetimos: ¡fuera los remordimientos! Recuerda que los personajes no te conocen y no se echarán a llorar si dejas de sintonizarlos.

Para los shows de episodios independientes: Dale 2 episodios

Con esto nos referimos a esas series tipo CSI o Criminal Minds, en que un caso se resuelve a lo largo del capítulo (si un novato ve el capítulo 4 de la temporada dos, podrá entenderlo todo, en resumidas cuentas). El plan es el siguiente: si los dos primeros episodios te agarran, sigue adelante. Si sólo uno de ellos te agarra, dale quizás un tiempo y retómala unos capítulos más adelante. Si ninguno te agarra, dile «¡chao, chao!».

Para un drama serializado: Dale 4 episodios

Es común que en los dramas serializados (esos que no tienen episodios autoconclusivos) suceda un giro inesperado en el cuarto episodio, luego de la presentación de la trama en los tres primeros. Quizás no estabas tan agarrado y de pronto te vuelves un acérrimo fanático. Entonces, tenles más paciencia y vamos por el cuarto episodio.

Para las comedias sin público en vivo: Dale 6 episodios

Puede sonar mucho, pero este tipo de series son las que más tardan en enganchar, pues debes acostumbrarte al humor de los personajes, conocerlos y quererlos. Si en el episodio seis te saca carcajadas, ya está, es tu serie.

Para una comedia con público en vivo: Dale 1 temporada completa

Sí, con éstas hay que tener paciencia. Sobre todo teniendo en cuenta que a muchos les causan alergia las risas en vivo. Cada vez son menos, pero continúan existiendo, y hay algunas muy buenas. El tema es que requieren que el público que está en el estudio lo pase bien, y el espectador de televisión lo perciba y goce junto a él. ¿Qué se necesita entonces? Excelentes guionistas que sepan manejar esta ecuación. Si quedaste con buen sabor después de la primera temporada, vamos por buen camino.

Para una comedia dramática: Dale 1 episodio

El piloto de una comedia dramática es clave. Si adoras a sus personajes desde el primer momento, pronto estarás enganchado y la serie pasará a formar parte de tu vida. Más que el humor, estas series ahondan en la profundidad de los personajes; con eso ganado, ya estás dentro.

Para series largas: 100 episodios o 5 temporadas

Cuando inicias una serie que ya lleva varias temporadas, se trata de un desafío, pues si te enganchas, puedes tener un largo tiempo de diversión por delante. Si una producción empieza a ser débil en su quinta temporada o en su episodio 100 (lo que suceda primero) es muy, muy difícil que se recupere. Pero si a esta altura estás contento, continúa adelante. La sexta temporada a veces es el fin de la serie (Lost o The Sopranos, por ejemplo) y puede ser muy mala o muy buena, pero la verás igual porque ya estás enganchado y quieres saber el final. Si es una serie sin final planeado, también sigue adelante, pues si llevas 5 temporadas feliz, es probable que la fiesta continúe por un tiempo.

¿Cuál es tu fórmula para evaluar si debes dejar de ver una serie?