Minimalismo v/s opulencia

La moda es cíclica, dicen muchos, pero cuando se trata de esa frase no hay nada mejor que analizar el contexto en el cual se desarrollan y conviven ciertas tendencias. Las revistas antiguas nos muestran un mundo completamente diferente al actual en cuanto al vestir, aun cuando se repitan algunas siluetas. Qué decir de aquellas fotografías de archivo donde la moda parecía sacada de un mundo de fantasía, a diferencia del actual. Pero dentro de esta bipolaridad, dos factores se mantienen más actuales que ningún otro: el minimalismo y la opulencia.

El color blanco, el negro y la falta de adornos o estampados está asociado en la ropa al minimalismo. Cuando un diseñador se enfoca en conseguir que la caída de un vestido tenga un movimiento definido más que hacer que sobresalga el diseño, podemos decir que es minimalista. En este caso, tenemos varios ejemplos: Raf Simons –el diseñador actual de Dior-, Jil Sander o Helmut Lang, pero especialmente, Calvin Klein a principios de los ’90. El estilo de este diseñador se caracterizó por poner a toda una nueva generación en vestidos satinados muy sencillos, jeans y poleras negras, a diferencia de la sobreexpuesta aparición de cítricos colores que vendría en los siguientes años.

El dorado, los vuelos, los estampados fuertes y el colorido lujoso es asociado a la opulencia. La década que más abusó del término podría ser la de los ’80, donde la cultura popular iba de la mano con cada pedrería o peinado voluminoso que forma parte de esta definición. Los trajes de noche, el exceso de accesorios y especialmente, las lentejuelas y el lamé son el sello característico de esta corriente que puede ser encontrada en Oscar de la Renta, Geoffrey Beene, Gianni Versace o Nolan Miller –el diseñador de “Dinastía”-, la cual también puede desembocar en excesos barrocos que sin lugar a dudas se mantienen como la gran contraparte del minimalismo. Actualmente, los dos conceptos conviven sin problemas en pasarelas o revistas, e incluso lo pueden hacer en un mismo clóset. Así que escoger una u otra corriente también puede tener un equilibrio personalizado.