Diseñadores y sus prendas emblemáticas (I Parte)

Reconocer el estilo propio de un diseñador es un ejercicio que para muchos sólo se logra repasando libros de moda, mirando desfiles y leyendo más sobre historia. Pero en algunos casos, la popularidad de los diseñadores, o marcas, se ha apoyado en ciertas prendas que los consagraron como parte de la cultura, ubicándolos más allá de la moda. ¿Cuáles podrían ser algunos ejemplos de ello?

Los primeros años

En los años ’40, la figura femenina comenzó a adaptar un nuevo estilo, y con ello, se vino toda una revolución acuñada por Carmen Snow –la entonces editora de Harper’s Bazaar-, como el “New Look”. En 1947, el francés Christian Dior se haría famoso en el mundo por sus trajes de cintura ajustada, algo que se expandió a vestidos y abrigos por igual; y sin importar lo que hiciera después, sigue siendo el artífice principal de ese estilo que reinó a fines de los ’40 y principios de los años ’50.

Para su sucesor en la casa Dior y posterior creador de su propia marca, Yves Saint Laurent, fue el arte el que inspiró su creación más famosa: en 1965, decidió lanzar la colección “Pop Art” y con ello el vestido Mondrian, el cual vio reflejado el trabajo del pintor Piet Mondrian bajo colores en bloque. Y aunque el francés tiene varios otros hitos, éste traje es el que más se le atribuye en cualquier rincón del mundo.

Una época de revoluciones

En los años ’70, la silueta se hizo más glamorosa pero sencilla; la música disco invadió los estilos, y los colores metalizados también. En esta época, Diane Von Furstenberg lanzó su vestido envuelto en la cintura, el cual fue grito y plata, además de ser ampliamente imitado hasta el día de hoy. Sencillo, basado en estampados o colores más atrevidos, este traje cimentó el imperio que hoy conocemos de la norteamericana. Pero si hablamos de revoluciones, nadie mejor que Jean Paul Gaultier y su unión con la Reina del Pop para dar un ejemplo. En 1987, confeccionó el vestuario de Madonna en su gira mundial, vistiéndola con un sostén cónico que hasta el día de hoy es símbolo del poder, la influencia y la osadía de la rubia cantante, y que incluso, tuvo su propia reversión del diseñador para la gira de Madonna el año 2012.