Diseñadores y sus prendas emblemáticas (II Parte)
En un post anterior vimos cómo una de las variantes principales de cualquier marca es la identidad. Lograr posicionarse con un estilo determinado, apuntar a un público objetivo con ello y, por lo tanto, generar un desarrollo prolongado con el tiempo, es algo a lo que todo diseñador aspira. Y cuando alcanza estos puntos, es capaz de crear hitos reconocidos en todo el mundo, además de lograr que sus prendas sean llevados por figuras importantes o al mismo tiempo, trascender gracias a una colaboración con alguna famosa.
Eso es lo que pasó precisamente con Givenchy + Audrey Hepburn, por ejemplo, quien logró la posteridad cuando diseñó el “little black dress” de “Desayuno en Tiffany’s” (1961, foto de portada), lucido por su musa y amiga en la gran pantalla.
Otros clásicos
Ya repasamos el caso de Christian Dior como dueño de la elegancia de los años 40, pero si recordamos alguna de sus creaciones, quizás dos sean sus más famosos productos: el traje de la colección Corolle de 1947 –el que definió el New Look con cintura marcada-, y el vestido de noche Junon de 1949, el cual fue copiado y reversionado el 2009 por Zuhair Murad, el diseñador de cabecera de Jennifer Lopez.
Vestido de noche Junon
Para Burberry, su tradición sea quizás emblemática gracias al abrigo trench con el forro estampado escocés clásico, reconocible en cualquier lugar. Chanel y su traje de tweed en dos piezas, sin importar el color o largo de falda, también se convirtió en una imagen correspondiente a esa casa francesa. Vivienne Westwood se hizo famosa por el punk, y sus botas “pirate”, por ejemplo, que son ediciones codiciadas hasta por famosas aun cuando su primera aparición en las tiendas fue a principios de los años 80 gracias a la colección Pirata de 1981.
Traje de dos pieza Chanel
La minifalda apareció como una característica explosiva de una época de juventud y desenfreno, y aun cuando muchos expertos apuntan a que podría haber aparecido mucho antes de la mano de André Courrèges, le fue atribuida a la diseñadora Mary Quant durante los 60. En 1907, el artista Mariano Fortuny pondría todo un hito con su traje Delphos, en base a plisados y telas trabajadas en una técnica imitada ampliamente en la posteridad. Cuando Elizabeth Hurley apareció con el revelador vestido de alfileres dorados de Gianni Versace en 1994, el mundo nunca más lo olvidó. Y para qué decir Cristobal Balenciaga, quien ideó muchísimas de las siluetas que hoy moldean diseñadores, entre ellas la del abrigo Barril en una colección de 1951, un estilo que aun se puede encontrar hasta en tiendas de retail nacionales cada invierno.