Tortillas de rescoldo, delicias para cualquier hora del día

Aprovechando los últimos rayos de sol antes de que se nos instale con todo el otoño es que tratamos de sacarle el jugo a la parrilla, llamamos amigos y nos rehusamos a soltar el verano a punta de choripanes, pebre y borgoñas en el patio.

Miramos el carbón consumiéndose y nos inspiramos… De inmediato se nos vienen a la mente las vacaciones en el campo y la tortilla al rescoldo que comemos al desayuno, almuerzo y once, entonces sólo queremos ir en su rescate para poder tenerlas siempre presentes.

El mejor aperitivo para un asado, cazuela o lo que venga de plato principal cocinado a fuego hecho con leña o carbón. Con chicharrones hechos también en casa, total, es cosa de pedirle un poco de grasa al carnicero amigo, trozar y freír.

Con chancho en piedra, untando el jugo del bistec, bien tostada y con palta o queso fresco para la tarde, mantequilla de campo que se derrita entre la miga o lo que su imaginación mande. Una cosa importante eso sí a considerar: si hacen asado, dividan el fuego en 2 y guarden las primeras brasas y cenizas para la tortilla. No vamos entonces con la receta.

Ingredientes para las tortillas de rescoldo

• 1 kilo de harina
•  1 taza de grasa empella derretida
• 3/4 taza de agua caliente
• 1 cucharadita de sal

Cómo preparar las tortillas de rescoldo: 

Mezclamos el agua con la sal y la unimos con la grasa caliente. Sobre una superficie lisa o tabla de amasar colocamos el harina, haciendo un hueco en el centro. Vertemos el agua en el hoyito y vamos mezclando con los dedos, sin apretar la masa amasamos por unos 8 a 10 minutos. Podemos hacer una tortilla grande o varias más pequeñas, para esto hacemos un cilindro y lo cortamos en 12 partes iguales, dándole la forma de un pan aplastado de no más de 2 cms. de alto.

Para cocer las tortillas al rescoldo necesitaremos cenizas calientes obtenidas de un fuego ya hecho brasas, las cuales abriremos un poco para poner la masa entre ellas y dejaremos por unos 7 a 8 minutos o hasta que estén listas.

Retiramos, envolvemos en un paño de cocina (los ideales están hechos del mismo saco harinero), y con un cuchillo raspamos las partes más quemadas. Traigan mantequilla luego antes de que se le pase la hora de once.