Oda al pan

Irresistible. Así es un pan recién salido del horno… ese que quema las manos, que al abrirlo deja salir el vapor y que al ponerle la mantequilla se derrite rápidamente. O con palta… o con queso. O con palta y queso.

Hace unos años sólo encontrábamos pan en los supermercados y no había mucho más que marraqueta y hallulla. Pero en el último tiempo hemos visto cómo en Santiago han ido apareciendo nuevas panaderías artesanales con diferentes y entretenidas variedades de panes: con aceituna, de tomate, de orégano, integral, de campo, baguette, croissant, pan italiano… tan buenos que comérselos sin nada sigue siendo un placer.

Hacerlos sánguches, mucho mejor. Es cosa de ver cómo en un par de años las sangucherías se han multiplicado, y aunque las clásicas siguen teniendo éxito, los locales nuevos se han atrevido a mezclar panes e ingredientes que nunca antes se vieron. ¿Una hamburguesa de quínoa? Tan rica como cualquier otra.

Les dejo dos lugares donde les aseguro encontrarán productos artesanales y hechos con dedicación (porque se nota):

Metissage

Por lejos mi favorito. Apareció hace poco más de un año, escondido entre unos locales de Vitacura y para mí fue una sorpresa. No me acuerdo cómo llegué, pero sin ninguna expectativa. En una esquina tienen los diferentes panes 100% artesanales que desde temprano se puede ver amasando a los maestros panaderos. Baguettes, pan de campo y de molde, brie, brioche y otros tipos de pan junto a otros productos dulces como el clásico pan de chocolate y diferentes queques, y todos los días dan almuerzos para una pequeña clientela que se asegura una tremenda experiencia gastronómica. Vitacura 3187.

Pan Semilla

Se denominan artesanos y amantes del pan, y en su propuesta se nota que así es. No sólo hacen pan, también los mueve la alimentación saludable. No usan materia grasa, azúcares refinadas ni productos químicos en la preparación del pan, pero sí se atreven con un sinfín de ingredientes y sabores: sésamo, salvado, zanahoria, pasas, ciruela, maravilla, cebollín, tomate, cebolla, queso, pimentón… además de galletones y muffins. Un mundo por descubrir en esta panadería de Ñuñoa. No olvides visitar su sitio web. Echeñique 5224. 

No en cualquier lado se encuentra buen pan, pero se reconoce de inmediato: crujiente por fuera, esponjoso por dentro. Nadie puede aguantarse, ¡ni los más mañosos se resisten a un pan fresco!