La palta, una fruta versátil y que nos encanta

Bendita palta, no podría vivir en un país donde no existieses. Es que alegras desayunos con tostadas, ensaladas navideñas con palmitos, completos caseros de media tarde, colaciones a la rápida solamente con sal y sacada con cuchara y una de las maravillas clásicas de familia: la Palta Reina.

Vale decir que las madres son unas verdaderas alquimistas y recicladoras en cuanto a sobras de comida se trata. Generadoras de tortillas con lo que quedó del arroz o el atún, salpicones de cuando hay “un poquito de todo” como para armar un plato gigante, ajiacos con los restos de un asado y esta maravilla que suele aparecer cuando sobraron presas de la cazuela o del pollo asado que son menos atractivos para el plato y van quedando rezagados en la bandeja. Llega entonces nuestra mamá y con una rapidez única reduce la carne a pequeños trozos que servirán de relleno para una nueva comida.

Paltas rellenas hay muchas y con nombres ligados a la realeza. Quizás unos más ciertos que otros, van quedando en las cartas de los boliches o en el lenguaje popular de restaurantes ligados a la tradición chilena que las ofrecen como una de las entradas más ricas que se puedan encontrar por acá, sino pregúntele a los gringos que se vuelven locos con el “very typical filled avocado”.

Los tipos de palta que conocemos

• PALTA REINA (De la que hablamos acá) Rellena con pollo picado.
• PALTA YORK Rellena con jamón cocido (Jamón York).
• PALTA PACÍFICO Rellena con Atún.
• PALTA CARDENAL Rellena con camarones.
• PALTA PRINCESA Rellena con pechuga de pavo.
• PALTA PRIMAVERA Rellena con verduras: arvejas, palmitos, choclo, zanahoria, etc.
• PALTA IMPERIAL Rellena con carne de jaiba.
• PALTA EMPERATRIZ Rellena con carne de centolla.

 Sea como sea la preparación, vemos componentes comunes que me atrevo a enumerar:

• La palta va pelada, partida en 2, sin cuesco y pasada por limón un rato antes para que no se ponga negra.
• Los rellenos siempre van unidos con mayonesa.
• Una cama de lechuga para complementar es casi una ley.

Y claro, falta además una que hacen en mi casa paterna cuando el cargo de conciencia por un fin de semana cargadito al carbohidrato pasa la cuenta. Las paltas se rellenan con huevo molido, pimentón rojo en conserva y a veces un poco de queso fresco. Rico y liviano, sólo nos queda elegir una palta rellena y lanzarnos a la cocina.