La danza de la inspiración y la creación, un espacio único
Crear no significa «un chispazo», sino que una estimulación a nuestros sentidos que nos permita ir más allá de lo establecido o evidente. Crear, también, es una decisión para dejarse inspirar, comenzar a ver y sentir lo que nos rodea. Influyen en este estado nuestro entorno, emociones, relaciones y experiencias, como un conjunto de detonadores que potencian y estimulan la actividad creativa.
Caminar entre texturas, colores y formas, distintos espacios concebidos desde sus creadores como estímulos para el visitante, percibiendo la invitación a vivir la experiencia del espacio creado bajo un concepto, con una definición estética y una propuesta. Inspirada y envuelta en diseño, así me sentí caminando en CasaCor, los jardines, la tienda de alfombras recicladas y rearmadas en India, el espacio del día y la noche, la fuente de agua que amenizaba los oídos y el espacio de mujeres, con suaves tonalidades, con una distribución acogedora y con los brillos necesarios para sentirnos parte de una constelación creadora.
Espacio de creación
Me cautivó especialmente el espacio “Taller de la ilustradora”, premio mejor proyecto CasaCor 2013, inspirado en Fabiana Queiroga, el cual está compuesto de dos áreas: inspiración y creación. Ambos ocupan un mismo lugar, sin murallas que estanquen la creatividad o que no permita el fluir natural del aire. La inspiración la entregan los diversos instrumentos que estimulan nuestros sentidos, música envolvente y evocadora, gran cantidad de libros que transporta y provoca el viaje de la imaginación en cada hojeada, un poderoso televisor que con gran nitidez y realismo retrata imágenes, movimientos, colores y volúmenes, y cuadros que como destellos de luz y sombras juegan con la calidez de las luces. Un espacio de creación, varios formatos conviviendo y estimulando los sentidos que potencian el crear humano.
El ambiente de creación está retratado por una maravillosa mesa rodeada de colores, tintas y texturas, libros colgantes y algunos dibujos sobre la mesa nos hacen sentir observadores omnipresentes, como si Fabiana acaba de salir y tenemos la posibilidad de pertenecer por un instante a ese espacio íntimo de trabajo.
Grazielle Freitas y Pía Bay-Schmith nos invitan a conocer un espacio que potencia la creatividad, que genera desde la estimulación desde soportes electrónicos hasta en papel un mundo de provocación e intensidad. Una armoniosa mezcla entre las técnicas manuales y artefactos eléctricos que pueden ser vehículos complementarios de creaciones artísticas y conceptuales. Un espacio que sobrepasa los límites de las murallas y que se queda anclado en la amplitud y vastedad de nuestra imaginación.