19 enero 2016

Humitas caseras

¡Guatónnnnnn! ¡tráete una pita para amarrar! le decía mi abuela a mi papá. Y él como buen hijo único idolatrador de madre, volaba. Es que la envoltura tiene que afirmarse con pitilla de algodón para que no se corra como el de plástico, o bien con las mismas hojas de choclo sobrante cortadas y dispuestas para afirmar esta maravilla llamada humita.

La preparación de antaño implicaba un trabajo familiar conjunto. Mientras el padre se aplicaba con cortar y rallar el choclo, los niños separábamos las hojas buenas de las malas, pre-montábamos de a pares y sacábamos los pelos al choclo; y por su parte la abuela o madre se las batían con el sofrito, cocción y el hervir agua en olla gigigante que era declarada peligro público para los enanos que revoloteábamos cerca de la cocina.

Se extraña ese choclo inmenso, “el humero caserita” que era común encontrarlo con algún gusano colado por ahí y tenía esos dientes grandes, distintos y medio desparramados. Hoy en día compramos igual de grandes pero vienen con trabajo de ortodoncia y notablemente más desabridos o dulzones; agradézcanle a los amiguitos de las semillas y las importaciones de choclos de países que lo que tienen de potencia mundial les falta en sabor.

Las humitas requieren espacio, tiempo y dedicación, por lo que el centro de operaciones solía ser en una mesa en el patio con mantel de hule y tierra fresca recién regada. Resultado: una fuente hasta arriba de choclo desgranado, una bolsa de basura con corontas peladas y las piernas y brazos llenos de pintitas porque al rebanar caían las gotas de leche y uno parecía dálmata.

De la titánica tarea de usar un molinillo de carne con el tiempo nos pasamos a la famosa 1-2-3 color anaranjado y de ahí a la juguera hubo un paso, pero el recuerdo siempre es el mismo: un fantástico olor a la olla con la manteca, albahaca fresca, choclo cociéndose y la imagen de tu abuela con una cuchara de palo gigante para revolver tamaño fondo de comida.

¿Y ustedes cómo las prefieren? ¿Molido bien fino el choclo o que de repente aparezcan unos granos sorpresa? ¿Solitas, con ají o con chicharrones como en el sur? ¿Con ensalada chilena o con chancho en piedra? ¿con azúcar o si ella? ¿El tomate al lado de la humita para que todo se mezcle o en un plato aparte? Y la pregunta más importante de todas: ¿ME INVITAN?

Humitas_por_Claudio.Núñez

Foto: Wikipedia/ Claudio Núñez

Ingredientes:

• 6 choclos humeros
• 2 cebollas
• 1 taza de leche
• 1 rama de albahaca fresca
• 1 cucharada de manteca
• Sal a gusto

Instrucciones

Con un cuchillo grande cortamos los choclos en la parte de abajo en donde comienzan los granos, así la hoja saldrá fácilmente y en buen estado. Pelamos los choclos y le sacamos el pelo. Separamos las hojas limpias y grandes y ponemos en pares. Picamos o rallamos los choclos junto con las hojas de albahaca y ponemos en una olla. Pelamos y picamos las cebollas a cuadritos y sofreímos con la manteca. Cuando esté lista la unimos al choclo molido, la leche (la agregamos sólo si está demasiado espeso), sazonamos con sal a gusto y rellenamos las humitas. Ponemos a cocer en una olla con harta agua hirviendo con sal durante unos 45 min. aproximadamente, y ya está.

Natalia Quezada

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