9 junio 2014

Entre el vegetariano y el carnívoro: la dieta pescetariana

Llevo algunos años tratando de llevar una vida más saludable: hacer más deporte, dormir más, dejar las bebidas y fumar menos son algunos de los hábitos que he tratado de ir cambiando, a veces con éxito y otras, no tanto. La alimentación ha sido lo que más he cambiado y hago lo posible por tener una dieta equilibrada, pero me cuesta porque soy brava para las cosas dulces.

Cuando ya no es una decisión

Lo que sí pude lograr es, hace tres años, dejar de comer carne. Cuando cuento esto la mayoría de la gente me mira con cara de no entiendo en qué podrías estar pensando como para dejar de comer carne. Bueno, todo partió cuando en los asados veía la tabla para cortar con unas pozas de sangre que chorreaban; al principio fue una “incomodidad” pero con el paso del tiempo definitivamente dejé de ver la diferencia entre esa sangre y la mía. La verdad es que se ven bastante parecidas.

Después de eso, dejó de gustarme el sabor. Lo que antes era una rica entraña a la parrilla, un filete al cilantro o un choripán en marraqueta crujiente, empezó a tener sabor a animal. ¡Ya no era rico!

Entonces no fue una decisión tan racional pero lentamente mi cuerpo dejó de disfrutarlo.

La vida sin carne

Contrario a todo pronóstico, en mi familia no fue tema y rápidamente los asados empezaron a llenarse de todo tipo de verduras asadas de diferentes formas (que cuando llegan a la mesa se los pelean).

También estaba el tema de las proteínas (ahora que escribo sobre esto me doy cuenta de la cantidad de latas que tiene pasar una persona que quiere dejar la carne). Antes de atreverme, pensaba en lo que implicaría dejar la carne, tener que reemplazarla por pastillas y vivir anémica (lo había vivido en la universidad y no quería repetirlo), pero con el tiempo fui descubriendo que hay muchos alimentos de origen vegetal que también tienen proteína.  De hecho, hoy no tomo ningún remedio para reemplazarla, pero varío lo más posible para combinar frutas, verduras y semillas que contienen proteína y que, al menos hasta hoy día, me han mantenido sana y sin ningún síntoma de anemia.

¿Qué significa ser pescetariano?

Esto a veces es fuente de discordia para la gente que no entiende por qué digo que no como carne, si todos sabemos que el pescado no crece en un huerto. Como les conté al principio, dejar de comer carne no fue una decisión racional, sólo fue algo que sin querer empecé a rechazar. No me pasa lo mismo con los animales del mar y sí, puede ser una incoherencia discutible. Tal vez en el futuro me vuelva vegetariana. Tal vez vuelva a comer carne. Quién sabe.

Algunos datos para cocinar

Cambiar el plan semanal es un desafío cuando has vivido toda tu vida comiendo carne. No sólo para lograr que sea saludable, sino que para no vivir comiendo lo mismo todo el tiempo. La comida me gusta demasiado como para que sea una lata, y como me gusta cocinar, soy feliz descubriendo cosas nuevas.

Si alguno de ustedes está pensando en esta alternativa, en Internet hay muchas recetas originales y variaciones no carnívoras, como preparar empanadas sin pino pero caprese, con champiñones, camarones, etc. Podemos cocinar con huevos, cereales, pan, yogures, hacer batidos de frutas, tortillas, alimentos de soya (aunque no son lo mío), sushi, sándwiches, garbanzos (soy fan del hummus hecho en casa), pescado al vapor, semillas de todos los tipos, chupes y ahora que viene el invierno, podemos preparar sopas de todas las verduras con mucho aliño, hierbas frescas, crutones y el toque final: cubos de queso.

Como conclusión, lo que quiero decir es que no como carne, pero tampoco vivo comiendo lechuga.

Catalina Avendaño

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