El Chacarero

¿Qué más se puede decir de este chileno sánguche? Una maravilla entre panes. Fresquito, liviano, lleno de sabor y que cuando quiero chanchear pero el cargo de conciencia me lo impide siempre sale al rescate, “Ay si total es CASI como una ensalada”, y vamos dándole.

Ahora que por fin partió la primavera (la de verdad, no la que nos trajo esas lluvias porfiadas) , que empiezan a retirarse los tomates con gusto a nada del supermercado para aparecer esos rojos, gordos y jugosos. Ahora que el ají verde chileno comienza a manifestarse y lo compramos en pilas baratas y no “por kilo” que nos cuesta una córnea y un pulmón. Ahora que los porotos verdes salen ricos, crujientes y más baratos en la feria y que el ir ya a comprarlos se vuelve panorama. Y ahora que claro, por arte de magia aflora el traje de baño que uno tenía escondido en el fondo del cajón y que prometimos volver a usar este año. Bueno, el plazo ya se cumplió y estamos peor que antes, así que nos tratamos de poner las pilas.

Pero comer sano jamás tiene que atentar contra las cosas ricas (bueno, contra todas), entonces guardemos el Barros Luco y la mayo un rato y tratemos de hacer algo de la mano del chacarero. No sé si lo logremos pero con este sánguche lo pasamos fenomenal.

Me gusta hacerlos en casa, con el bistec pasado por ajo ojalá de un día para otro y en una sartén que atrape todo el jugo que será untado en mi marraqueta. Los tomates pasosos y aliñados y el poroto verde al dente. Un cerro de ají verde cortado en rodajas para rematar la torre de ingredientes y tapamos. Terraza, fanschop y muéranse de gusto al primer mordisco.

¿Y por qué los prefiero caseros? Porque después de mucho alegar en contra de las fuentes de soda me di cuenta que es un problema, y GRANDE, de casi todas. ¿Por la chita les cuesta tanto cocer el poroto con sal y aliñar el tomate antes de meterlo al pan? Les juro que me enrabia tener que desarmar el sánguche antes de empezar a comer. Ni que fuese un bien tan escaso.

Donde sí son buenitos de alma y lo preparan como en casa en el Ciro’s bar de Bandera Nº 220 (tel. 696 01 35). Marraqueta crujiente, verduras con gusto, la carne blandísima y sonrisa asegurada. Vaya a darse una vuelta, ¡y que viva el rico chacarero mi alma!