Charquicán con huevo frito

Igual como cuando sale el sol primaveral sacamos de inmediato la parrilla al patio, con las primeras nubes y fríos nos dan ganas de acurrucarnos y comer algo calientito que abrigue la panza.

Las cebollitas en escabeche ya están listas y esperando, las papas y zapallo dispuestos para un maravilloso charquicán.

Como tanta comida chilena enjundiosa, la base es un sofrito generoso, pasoso y lleno de sabor que nos va a armar todo lo que venga luego. La carne molida se revuelve con ésto y nos entrega un pino que ya empieza a soltar el jugo. Pino que dicho sea de paso, me gusta hacer de sobra porque siempre sirve para alguna cosa más, incluso para cucharear, hacerlo sopa o meterlo a una marraqueta.

Algunos usan solamente papas y zapallo, otros le agregan las verduras que por tradición familiar o contenido de su refrigerador ocupan. En mi caso le voy a lo primero más choclo en granos, ¡y a meter todo a la olla!

Las papas cocidas en cubitos y el zapallo camote que se deshace, mezclado con un poco de leche y mantequilla para que quede cremoso, más nuestro pino y choclo ya nos dan un puré consistente y con pedacitos “sorpresa”que van apareciendo en la boca con la primera cucharada sopera que tragamos.

¿Y del acompañamiento? Qué mejor que coronar a nuestro rey con el mejor de los huevos fritos, el que pinchada la yema se mezcla con todo y terminamos pasándole el pan para no perder nada.

Pero vamos, dijimos que estaba nublado ¿no? Entonces tenemos permiso para chanchear. Pongámosle la cebolla en escabeche al lado, usemos sopaipillas con ají para empujar, o sin culpas, una longaniza de Chillán o unos choricillos que suelten su jugo en nuestro plato. No le va a quedar más remedio que prender la tele, taparse hasta el cuello y dormir siesta. ¡A gozar!