Birdman, el sueño americano

Las expectativas nunca son buenas. Cada vez que las tengo frente a un lugar, obra de arte o persona, terminan cayéndose a pedazos. Así es que esa es quizás la primera razón de por que no me gustó esta película. Ansiaba ver ese plano secuencia eterno del que se jactaba. Siempre he encontrado interesante seguir con la cámara a uno y otro personaje y no cortar, es como la vida, que generalmente no tiene cortes, bueno, solo hasta que ¡corte! Pasamos a otra vida. Era un plano secuencia hecho por edición. No es que toda la película hayan estado los actores esperando que la cámara llegara a ellos, pero aún así, resulta un plano muy interesante , funciona. Pero eso no puede ser todo.

Quizás la segunda razón por la que no me agradó Birdman es precisamente lo anterior, cuando la técnica se devela, lo que queda es la historia y en este caso, la historia no me pegó para nada, pero entiendo porque a Hollywood sí. Recientemente estuve en Nueva York y es sorprendente el exitismo y afán de pertenecer que tiene todo el mundo, siempre hablando de sus logros, de su dinero, de los famosos que conocen, de lo increíble que es la ciudad (porque si no existe en Nueva York no existe en ningún lugar del mundo) y de lo agradable que se siente haber cumplido el sueño americano. Agotador de escuchar, por decirlo menos.

Birdman habla de un actor en decadencia que desea volver a sentir el éxito, ahora, sobre las tablas. Un actor que gozó de fama en la juventud y que necesita volver a sentirse al menos, como el personaje tras su rostro y por eso agota sus últimos cartuchos en demostrar que puede actuar bien mas allá del birdman que fue, aunque todo, incluyendo la crítica, digan lo contrario. Por eso, son buenos los momentos de surrealismo de la película que aportan a entender la locura que provoca estar un día en la cresta de la ola y al siguiente no ser nada. Aunque es mucho mas emotivo ver la misma situación sin tanta parafernalia en “The Wrestler” de Darren Aronofsky.

Esta bien, son películas distintas y con alguna hay que darles en el gusto a cierto sector. Seguro porque fue la gran ganadora en la última premiación de los Oscar.

Pero yo prefiero las historias anteriores de Gonzales Iñárritu, esas que dolían, que te desgarraban el alma, que te hacían salir de la sala con la sensación de ser nada y de hacer siempre muy poco por el resto.

Tercera razón: las actuaciones, por que si ya no te sorprende ni la técnica ni la historia lo que queda es la actuación, esa que al menos te hace reír o llorar. Ninguna de las dos está, aunque se agradece el esfuerzo de Emma Stone y Edward Norton, con personajes bastante mas potentes que el mismo Birdman que termina siendo tan artificial como el sueño americano.