17 mayo 2016

El infinito del universo sobre Chile

LG

Les había hablado antes sobre el fabuloso premio de astronomía social media que obtuve, el #MeetESO de la ESO (European Southern Observatory), una oportunidad única para conocer algunos de los telescopios más tecnológicamente avanzados del mundo, además de sus instalaciones de primer nivel.

Estoy en el medio del desierto junto a 8 compañeros disfrutando de los parajes «marcianos» de nuestro Chile. Había visto fotos en Internet, libros o me habían contado que los cerros y la tierra de la región de Antofagasta eran lo más parecido a la superficie de Marte, y lo son. Lo ves, pero también lo sientes en el aire seco y frío que no para de correr. Eso es bueno acá, porque necesitas de ese clima para mover a las nubes y tener los cielos más despejados del planeta, y así observar y descubrir nuevas estrellas y sistemas.

Observatorio Paranal: en la cima del cerro junto a las estrellas

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El #MeetESO en un hermoso atardecer en Paranal. Foto: Lorna Aguilar

A 2.635m de altura, en la región de Antofagasta, los instrumentos necesarios para mirar más allá del cielo son 4 poderosos telescopios o Unidades (UT) cada uno de ellos posee un espejo de 8.2m de diámetro, más auxiliares que dan soporte, si bien tienen nombres técnicos, poseen unos bellos nombres en Mapudungún: ANTU (UT1); El Sol , KUEYEN (UT2; La Luna ), MELIPAL (UT3; La Cruz del Sur ), y YEPUN (UT4; Venus – o estrella del atardecer).

La unidad 4 o Yepun, hace muy poco fue equipada con 4 láseres increíbles (4LGSF, de Four Laser Guide Star Facility) que parecen «Lightsabers» de Star Wars. La misión de éstos es ayudar a la óptica del telescopio como una estrella guía, para contrarrestar el efecto de nuestra atmósfera que hace ver el cosmos borroso.

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Foto: ESO.org

El #MeetESO no sólo fue un viaje, sino una experiencia de otro planeta. En el video estoy muy emocionada, porque ¡sí, lo fue!

Por cierto, cuando el telescopio auxiliar se abre parece Pac-Man:

También en un cerro cercano se encuentra el telescopio de rastreo infrarrojo más grande del mundo, el VISTA (Visible and Infrared Survey Telescope for Astronomy) con 4.1 m de diámetro. Con una enorme cámara de 3 toneladas de peso con 16 detectores y una infinidad de cables que hacen la magia de descubrir el espacio en infrarrojo. Bello, ¿no?

Detrás de de toda esta obra de ingeniería hay personas que trabajan con mucha pasión. Sus tiempos, ambiciones y sueños son muy diferentes a los de otra profesión. Buscan en la inmensidad del espacio la formación de estrellas, el principio del universo, agujeros negros, decodificando los datos que da el telescopio, cosas «simples» como esas.

Siempre hay un astrónomo y un técnico que maneja el telescopio, trabajar en equipo es la clave del éxito de este fabuloso observatorio.

Astrónomos bien consentidos

Es tan importante el estudio del universo, que instituciones extranjeras como el ESO invierten mucho en las instalaciones que alojan a sus científicos. Así construyeron un maravilloso hotel, casi subterráneo, llamado La Residencia. Está llena de detalles y comodidades inimaginables en medio de la nada. Mis amigos compañeros europeos quedaron bien impactados porque en el casino del lugar sirven helado, bueno, yo también me sorprendí.

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En Paranal hay una belleza rara para una santiaguina como yo. Solo ves, cerros cafés y rojos, muchas piedras y aunque esté soleado el viento te pega fuerte como si estuvieras en el sur de Chile. Las temperaturas llegan a menos 15 grados. ¡El abastecimiento de agua del lugar son 2 camiones diarios desde Antofagasta!

Me sorprendió mucho que en esta zona desértica adentro de esta impresionante estructura tuviera un «Oasis». Una piscina rodeada de plantas y a temperatura levemente caribeña, su misión es mantener la humedad en el hotel. Es mucho más conveniente a nivel de presupuestos, ya que sería muy caro tener un sistema especial para todo el lugar.

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Piscina del recinto. Foto: Lorna Aguilar

No hay que ser un experto para darse cuenta del suculento diseño por algo fue elegido para algunas escenas de la película James Bond «Quantum of Solace»:

 

Tuve el privilegio y el lujo de ver El tránsito de Mercurio en el Paranal. Una vivencia única que me cuesta expresar pero fue fantástica.

 

Nuestros cielos envidiables a nivel mundial, de noche te hacen creer que puedes tocar las estrellas. La oscuridad es tan profunda que solo hay espacio para los astros que brillan encima tuyo. Cuando salí de la residencia para ver el cielo estrellado, solo sentí el viento helado, estaba todo muy oscuro hasta que mis ojos se pudieron acostumbrar. Era hermoso, te llega al alma presenciar la vía láctea. Me sentí igual cuándo a «Neo» (Keanu Reeves) lo desconectan de la Matrix y le duelen los ojos porque nunca los había usado antes.

El universo está ahí presente a cada instante, pero no podemos verlo por la polución, la contaminación lumínica o simplemente no miramos más allá de nuestra rutina. Esta fue la perfecta oportunidad de intentar tomar una foto, nunca antes había hecho astrofotografía, solo tengo una cámara semi profesional. También me preocupé de llevar mi smartphone con aplicaciones para ubicar constelaciones y planetas. Tomé los consejos de uno de mis compañeros, Remco Timmermans y me lancé al cosmos y aquí están los resultados, tal como ves en la foto es como ves a ojos desnudos directamente la vía láctea. ¡Ground control he tocado las estrellas!

Lorna Aguilar

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