3 mayo 2017
Estructura urbana elimina el smog como si fuera un bosque
Uno de los grandes males de las grandes ciudades es la contaminación que generan. Entre los gases que emanan de los automóviles, los desechos de las industrias y el humo de las chimeneas de las casas, el aire puede tornarse irrespirable. Cerca del 90% de la población urbana respira aire contaminado y esto puede generar problemas respiratorios y cardiovasculares. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por esta razón mueren 7,3 millones de personas al año en el mundo. Y nuestro país aporta a este número: en Chile se estima que son 2.800 muertes anuales, aunque según un informe de la ONG Heald Effect Institute (HEI) serían cerca de 5900.
Una de las soluciones para combatir la contaminación, es la construcción de áreas verdes que funcionen como «pulmones» de las ciudades, sin embargo, la mayoría de las urbes tiende a necesitar cada espacio libre para levantar edificios u otras construcciones. Pero ahora desde Alemania ha llegado una gran solución: el CityTree, una escultura que contiene plantas y es capaz de eliminar el dióxido de nitrógeno, los gases de ozono y el material particulado en general.
Un bosque en una caja
Unos jóvenes ambientalistas alemanes decidieron crear Green City Solutions (GCS), una empresa de biotecnología que busca reducir la contaminación ambiental, midiendo el impacto que tiene en el aire y en las personas, y creando conciencia en la población. Después de más de 10 años de investigación y tras un exhaustivo análisis de plantas y su comportamiento con el aire contaminado, lograron diseñar el CityTree.
Es una caja estructural de alrededor de 4 metros de altura, que posee más de 1.700 plantas de musgo capaces de absorber naturalmente los contaminantes del aire. Simplemente se debe instalar en espacios públicos, como una plaza por ejemplo, y se encargará de limpiar el aire del sector. Una de estas grandes cajas tiene el poder limpiador de 275 árboles, pero requiere de un 99% menos espacio y tiene un costo 95% menor.
El artefacto además utiliza sensores para medir la calidad del aire del lugar en donde está, para que el jardín de musgos regule correctamente la nutrición, el agua y los minerales que necesitan para mantenerse. «Un CityTree puede contrarrestar 240 toneladas de equivalentes de CO2 al año», dijo Tina Hansel de GCS. Además, cada caja cuenta con paneles solares y un sistema de retención de agua de lluvia, lo que le permite autoabastecerse. Solo necesita unas horas de mantenimiento al año.
Este invento ya se ha instalado con éxito en muchas ciudades del mundo como Dresden y Hannover (Alemania), Hong Kong (China), Oslo (Noruega), París (Francia), Skopje (Macedonia) y Módena (Italia). ¡Ojalá que algún día llegue algo similar a Santiago!
