25 julio 2018

Combate la adicción a tu celular con… tu celular

Cote1

Como lo leen. No, no es contradictorio ni es tan loco. Casos extremos requieren medidas extremas y al parecer ya estamos en ese momento evolutivo. Porque estoy segura de que lo han visto, en restaurantes, reuniones de pega o hasta en almuerzos familiares. Quizá ustedes mismos se han pillado infraganti y les baja la culpa o, de frentón, no creen que sea algo malo y siguen en lo suyo. ¿En qué? Pegados a la pantalla del celular en momentos que no deberían. Es un mal moderno, dicen. Y no me refiero a qué haces en tu tiempo libre o en esa hora muerta que te demoras de tu casa al trabajo, sino cuando la situación requiere interacción humana directa y la evadimos, conscientes o no. Sociólogos y expertos en tecnología lo vienen diciendo hace años: usadas irresponsablemente (o en piloto automático), las pantallas nos alejan del contacto real entre personas, sin máquinas como intermediarios. La gran paradoja es que, por décadas, todos los avances en el área mobile se pensaron justamente para unir a la gente, derribando fronteras geográficas y temporales. Resulta que ahora nos está alejando. ¿Cómo lo damos vuelta?

Incluso para quienes estamos atentos a todos los avances en la materia, aplaudimos cada nuevo invento y nos entusiasmamos con smartphones cada vez más inteligentes, sabemos que hay momentos en que hay que parar. Los más evidentes son cuando estamos con otras personas en el mismo lugar, para el mismo fin, y apenas nos vemos las caras. Apuesto que has conversado con alguien pero sin mirarlo a los ojos, porque mientras respondes estás revisando qué hizo la celebridad de moda en Instagram. Se ha hecho tan usual que ni nos damos cuenta del mal que nos hace o del peligro que conlleva. Por ejemplo, un estudio de Pew Research dice que un 53% de las personas ha tenido un accidente en la calle por estar mirando su celular. Muchas veces es chistoso (que tire la primera piedra quien no se ha reído del que chocó con un poste o un kiosko), pero de lo anecdótico pasamos a la persistencia: el Global Mobile Consumer Survey de Deloitte arrojó que si tienes 24 años, revisas tu celular al menos 53 veces al día. Si tienes 34 años, 43 veces. Y comprobado: hace unos días una encuesta de Cadem dijo que el 60% de los padres confesó revisar su celular mientras está en el parque con sus niños, y se ha vuelto tan preocupante que la Municipalidad de Santiago ya comenzó una campaña de “Guarda tu celular” en todas las plazas de la comuna. Más allá de la evidente falta de empatía y pérdida de tiempo de calidad padre-hijo, aquí sí que el tema se pone peliagudo, desde caídas graves en los juegos que podrían haberse evitado hasta distracciones que terminan en niños extraviados o hasta secuestrados. Pero para qué nos vamos a poner extremistas, ¿no? El asunto es que, lamentablemente, ya llegamos a ese punto, y como dije al comienzo de esta columna, casos extremos exigen medidas extremas.

La desintoxicación digital requiere aceptación del problema y disciplina (recién hace un año logré dejar el celular en mi casa cuando salgo a pasear con mi perro) y, obvio, ayudas adicionales. Tu Android ofrece hace mucho la función de “No molestar”, que silencia desde llamadas hasta notificaciones, pero el uso es voluntario y bueh. Es una decisión difícil, ya sé, por eso ya hay creativos que inventaron varias apps entretenidas para impulsar el cometido y alejarte de la pantalla, al menos cuando el momento lo amerite. BreakFree y Checky son buenas alternativas, pero la que me parece más amigable de usar es QualityTime.

Con una interfaz muy clara y con mejoras continuas, posee varias herramientas para conocer con mucho detalle qué haces en tu smartphone y con cuánta frecuencia. Se convierte en tu psicoanalista personal pues registra todos tus movimientos en un puntillista y aterrador timeline, recordándote que abrir Facebook por decimoséptima vez en el día ya es compulsión o que si ayer desbloqueaste tu cel cada tres minutos sería mejor mantener a raya la ansiedad con un muffin de chocolate. Tus hábitos te saltarán en la cara y no habrá dónde esconderse. ¿Tienes una reunión importante, un almuerzo con tu pololo/a, o la ya mencionada salida a la plaza con tus hijos? No te distraigas. QualityTime te deja programar alertas o de plano restricciones de acceso en horarios específicos para que ni te tientes a husmear la pantalla, ya que no podrás usarla (ja!). Es como ese amigo al que acudes cuando estás por llamar a tu ex. Sabes que te va a detener. Bueno, esta app también te detiene, te enrostra datos duros y te ayuda a ser mejor persona, porque si bien hoy tenemos una relación de utilidad y placer con nuestro smartphone, de ahí a la obsesión hay poca distancia, y muchos ya se pasaron varios pueblos. Además, tu cel nunca reemplazará a una relación personal y necesitamos redireccionar nuestro tiempo a lo que de verdad importa, ¿no?

Combatir la adicción al celular con tu propio celular suena de locos, pero esto es como terapia de grupo y del ensayo-error nos vamos enrilando. Muchos damos la misma lucha, así que no se angustien. Respiren hondo. Descarguen la app y cuéntenme cómo les va. Y si están leyendo esto mientras caminan… Ya poh, ¿en qué quedamos?

Fran Solar

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