[CES 2013] Casas inteligentes on-the-go!

Se acaba CES 2013 y ya quedamos más que enterados de las novedades en televisores, celulares y monitores. De paso algo vimos en esta famosa feria de Las Vegas sobre aparatos “flexibles” e incluso unos revolucionarios relojes que prometen hacerle la pelea a ipods y semejantes…

Sin embargo –y les puede parecer mamón– de las novedades que más espero tienen que ver con la tecnología doméstica, esa que nos hace todo más fácil en nuestros hogares y que nos permite soñar con vivir al estilo de “Los Supersónicos” en un futuro  muy cercano. Smartphones con nuevas chucherías aparecen mes por medio; una aspiradora que te habla, no.

“Controla tus artefactos sin importar donde estés”. Esa fue la consigna de LG para este año, por lo que desarrollaron toda una línea de refrigeradores, hornos, lavadoras y hasta aspiradoras que se pueden manejar a distancia con comandos de voz. Sí, en serio. Basta con tomar tu celular y escanear el NFC tag que encontrarás en esos artefactos, tal como si leyeras un QR, para así registrarlo y controlarlo cuando quieras si estás lejos de la cocina o incluso si no estás físicamente en tu casa. 

CES nos mostró que las casas inteligentes ya no son ciencia ficción. Algunos de estos productos recién se empiezan a vender en Corea, paciencia, ¡están cada vez más cerca! Basados en algunos prototipos que ya habíamos visto en ferias anteriores, LG nos muestra que ya es posible “mandar” a tu lavadora a que empiece su ciclo mientras todavía estás en un taco; que le pidas a tu aspiradora robótica que se ponga a limpiar el living antes de que lleguen las visitas; o revisar en tu tv qué te falta en el refrigerador mientras en la pantalla dividida sigues viendo tu serie favorita.  ¡Qué mejor!

Si quieres más detalles de esos curiosos electrodomésticos, puedes revisar este artículo. ¿Cuál te gustaría tener? Personalmente, el refrigerador, y por el típico karma de soltera: si logro que el aparato me avise antes de que se marchite mi lechuga o se venzan los yogures –para no pasar por la pena y el bochorno de tener que botarlos a la basura, intactos–, me doy por pagada.