24 febrero 2016

Así son los cables submarinos que nos conectan a Internet

Cables submarinos

¿Te has preguntado alguna vez cómo es posible que millones y millones de mensajes de texto, de voz, fotos y videos lleguen hasta tu pantalla sin aparentemente tener un límite? ¿Cómo viaja esa formación?

Gran parte de este tipo de interrogantes son resueltas con un solo concepto clave: cables submarinos de fibra óptica. Su enorme despliegue fue en la década de 1980, aunque existen precedentes que permitieron, por ejemplo, la comunicación telegráfica y telefónica.

Gran parte de nuestras comunicaciones diarias son posibles gracias a estos elementos ocultos a nuestros ojos, hundidos a kilómetros y kilómetros bajo el mar.

¿Cómo son los cables submarinos de fibra óptica?

Es posible que te imagines que los cables de fibra óptica son muy gruesos ya que transportan muchísima información, sin embargo, son extremadamente delgados, cubiertos por una cámara exterior protectora que no tiene más que el grosor de tu brazo. No se necesita más que eso para protegerlos.

Esta imagen describe gráficamente cuáles son las capas que cubren un cable de fibra óptica transoceánico:

Cable fibra óptica

1 – Polietileno
2 – Cinta tipo Mylar
3 – Cables trenzados de acero
4 – Aluminio que sirve como barrera contra el agua
5 – Policarbonato
6 – Tubo de aluminio o cobre
7 – Un protector para el agua llamado Petroleum jelly (vaselina)
8 – La fibra óptica

Este tipo de cables son capaces de transportar 3.840 gigabits por segundo, es decir, 102 discos DVD. Ahora, en cada cable existen ocho pares de hilos de fibra, es decir, se trata de 1.700 DVD por segundo, más de 60 terabits. Y, como puedes ver en el mapa a continuación, son muchísimos los cables que hoy surcan nuestros mares.

mapa cables

Ahora, no creas que esto es todo lo que se necesita y ya está. Año a año existen proyectos de cablear nuevas geografías. En este sentido, las grandes compañías privadas como Google, Microsoft o Facebook juegan un papel importante en las nuevas redes de cableado submarino.

¿Cómo se colocan los cables submarinos?

Imagina el fondo submarino entre dos continentes, kilómetros de oscura profundidad bajo el mar en donde podría caber el mismísimo Everest. De pronto, entre la escasa visibilidad de esas profundidades, un cable de fibra óptica surca la soledad del océano, transportando parte de la película online que estás mirando o, simplemente, la información de tu primer correo de la mañana. ¡Sólo pensar que el cable más profundo se encuentra a 8 mil kilómetros, en la Fosa de Japón, me da escalofríos!

Debes recordar que el relieve del fondo submarino es muy semejante al que conocemos en la superficie: montañas, llanuras y profundidades por las que los cables deben pasar evitando cualquier obstáculo. Por esta razón, toda instalación de un nuevo cable requiere de una sofisticada exploración previa. Luego, un barco surca el océano desenrollando poco a poco un cableado que irá a descansar al fondo. Se trata de un proceso que toma largo tiempo, meses de trabajo que implican que el barco lleve el doble de kilómetros de cable que la profundidad que pretende cubrir, ya que el movimiento del agua muchas veces lo lleva lejos del punto en que está trabajando, provocando complejos ángulos.

Cuando el cable se coloca a una profundidad menor a mil metros, es enterrado mediante una suerte de arado del fondo marino, que luego la misma corriente oceánica se encarga de cubrir. Esto se hace para evitar que sea dañado por el ancla de algún barco o por la fauna marina, por ejemplo por un tiburón atraído por el campo magnético del cable. Pero si el cableado va a descansar a una mayor profundidad, simplemente se deposita allí sin taparlo.

Fibra óptica vs. Satélite

El 99% de nuestras llamadas internacionales, de nuestros mensajes y de la comunicación que efectuamos a través de Internet, corre a través de un millón de cables interoceánicos; su velocidad es ocho veces mayor a la comunicación vía satélite.

Cuando apareció la comunicación vía satélite a todos les pareció algo muy moderno y casi parte de una película de ciencia ficción pero, aunque no lo creas, la aparición de la fibra óptica hizo evidente que se trataba de una tecnología mucho más eficiente y rápida.

Piensa que un mensaje que es transmitido vía satélite debe recorrer una distancia de 36 mil kilómetros por encima de nuestras cabezas, subir y bajar hasta llegar al punto de recepción. Si tienes en cuenta que la circunferencia de la Tierra mide 40 mil kilómetros, esa distancia parece absurda de ser recorrida; una comunicación por cableado suele ser mucho más corta y resistente a las pérdidas de información. Mientras que al satélite puede afectarle una tormenta, los cables de fibra óptica están muy protegidos bajo el océano y, aunque cada año se  producen entre 100 y 150 cortes, existe la tecnología para repararlos.

Así que de ahora en adelante, cada vez que le pongas «Enviar» a un mail que irá a parar al otro lado del mundo o llames vía WhatsApp a tu pololo/a que se fue de viaje al Sudeste Asiático, recuerda que todo lo que dices va surcando rápidamente los mares a través de un delgado, pero fiel y resistente cable.

¿Te imaginas cómo eran las comunicaciones antes de que existiera esta tecnología?

Maria Jesus Martinez-Conde

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