Vitae: El cine independiente chileno, muestra realidad de Santiago

El cine es algo democrático aunque se piense lo contrario. No es necesario contar con un presupuesto de 200 millones de dólares para rodar cosas interesantes.Es cosa de ver 9 Reinas, como un ejemplo indesmentible de cine de guerrilla y buen gusto. Es por eso que cuando uno mira la propuesta de Vitae,  no solo pienso en que estos chicos la tienen clarísima, sino que además, es una lección de cómo ser fieles a un espíritu.

Vitae es un proyecto de cine, autogestionado y  denominada por sus responsables como “periférica, sin fines de lucro, floridana y metalera” y que según su sinopsis trata de una situación corriente dentro de la realidad del chileno medio.

Gustavo, un joven metalero que acaba de salir de 4to medio y cumplir 18 años, comienza a buscar trabajo, nota entonces que su curriculum son sólo unas pocas líneas, donde sólo aparece que estudió en un Liceo en La Florida, comuna donde él vive con Maca, su madre.

Este choque con el mundo laboral lo lleva a cuestionar las cosas que la sociedad le ofrece y le exige, creando un problema de identidad que hace crisis al enfrentarse a su propio curriculum, documento que no expresa a Gustavo de manera íntegra.

Gustavo circula y convive cómodo en el ambiente metalero: su guitarra y su banda de death metal, los ensayos,  las tocatas, los amigos, los asados, etc., pero este mundo, donde habita la verdadera pasión de Gustavo, contrasta a ratos con el deber de trabajar para dejar de ser una carga económica para su madre.”

Vitae se nos ofrece así, como un rara avis del cine chileno, en donde la experiencia y el mismo concepto de desarrollo de la película, juega un factor clave al momento de entender su discurso. Una película por y para la gente, y no la taquilla, los rostros, los festivales o la industria.

Los chicos de Cinencuadre (la productora, que hace el film) se notan felices después de todo. Han logrado proyectar con bastante éxito y de forma itinerante la cinta que no ha dejado a nadie indiferente. Un trabajo hecho con agallas y a pulso y que se ve reflejado en los agradecimientos que hacen:

Esa comunidad entera se reía nerviosamente al inicio de la proyección y luego se emocionó al ver su trabajo, su pequeño granito de arena, en la pantalla. Algunos trabajamos, otros prestaron equipos, algunos pusieron plata para cubrir los costos inherentes a una película, otros prestaron la casa, la ropa para el vestuario de los actores, el auto, etc, etc. Tantas pequeñas labores mínimas que se unieron en un solo trabajo de 95 minutos, un largometraje totalmente autogestionado que por fin vio la luz.

Esa sola satisfacción, vale más que cualquier premio.

Si quieren ver Vitae, síganlos en sus redes sociales, o contáctalos en  [email protected], los chicos prometen que llegan hasta con el proyector.

Trailer 2 Vitae from El jardin del pulpo on Vimeo.