TV Review: El Regreso de House Of Cards (sin spoilers)

Es un año de elecciones en Estados Unidos, la cuarta temporada de House Of Cards se lanza horas después de la verborrea de Donald Trump en el debate republicano y el Castillo de Naipes se siente más real y siniestro que nunca.

Esta columna resume mis impresiones post visionado del primer capítulo de la nueva temporada y no contiene spoilers.

Lo primero, aclarar que soy parte del grupo que se decepcionó con la tercera entrega; así como detesté al hacker y su ridículo roedor en la segunda tanda, odié profundamente la línea narrativa de los rusos, llena de callejones sin salida y sin aporte alguno. Sin embargo, nunca estuvo en mis planes dejar a Frank Underwood. La única que puede dejarlo es Claire.

El regreso de House Of Cards gira en torno a la primera dama y, al menos en su primer capítulo, anuncia lo que parece ser la temporada de Robin Wright. Bien jugado, Netflix. Tras los pasos de Claire Underwood, la serie corrige el rumbo, regresa a la estética fría y precisa tan propia de su co creador David Fincher; le quita a Kevin Spacey el peso autoexplicativo de los monólogos a cámara y al fin emergen escenas de verdadera intimidad.

La historia se mueve, presenta nuevos personajes, todos suficientemente atractivos para no sonar a relleno, mantiene su perverso sentido del humor y es más certera en los golpes.

Fuera de la esfera Underwood sigue la batalla por el sillón presidencial, Heather Dunbar (Elizabeth Marvel) pelea cada voto sin comprometer en exceso (es política y como tal incluye filtraciones a la prensa) su escala de valores y un joven candidato (Joel Kinnaman) se mete en la contienda ganando rápidamente la simpatía de los electores. Resulta difícil suspender la realidad para pensar que con dichas alternativas alguien votaría por un hombre como Frank, pero bien sabemos que la falta de votos no es algo que detenga a nuestro candidato.

En todas las grandes batallas hay escuderos fieles y en todas las buenas series de televisión personajes secundarios capaces de robarse el centro de atención, Dog Stamper (Michael Kelly) sigue siendo el mejor en ese rol, pero ojo con Leann Harvey (Neve Campbell) quien se sumó al elenco para emparejar las fuerzas, esta vez en el bando de la señora Underwood.

Si la tercera temporada montó el tablero para un enfrentamiento entre los Underwood, esta entrega empieza directo en el primer asalto del combate. Frank Underwood siempre ha sido insoportablemente más inteligente que todos sus contrincantes, pero siendo sinceros, nunca ha tenido un oponente a la altura, hasta ahora. Basta solo un capítulo para descubrir que la verdadera batalla no se dará entre los candidatos oficiales, sino entre Frank y Claire.

Hacia el final del primer episodio, la madre de Claire, interpretada por la siempre perfecta Ellen Burstyn, dice: «Entiendo por qué hiciste lo que hiciste, pero eso no hace que me duela menos».  La frase anticipa lo que veremos en la nueva temporada, la ilusión de los cigarrillos compartidos en la ventana quedó atrás, en una batalla entre Claire y Frank ambos anticiparán los golpes y entenderán el por qué de los ataques, pero no podrán evitar destruirse en el proceso. En esta pelea solo uno de los Underwood quedará en pie.

Concluido el primer capítulo solo una pregunta queda en el aire: ¿Puedo cancelar todos los planes del fin de semana para ver la cuarta temporada en maratón?

La cuarta temporada de House of Cards está disponible a partir de hoy en Netflix.