Netflix Review: «Narcos», segunda temporada

Sinopsis

Durante la segunda temporada de esta serie original de Netflix, el capo de la droga Pablo Escobar está fugitivo de la policía colombiana que lo busca incansablemente, y determinada a poner fin a sus actividades ilegales.

Netflix no nos deja respirar con tantos estrenos buenos, y como si este año no hubiera tenido suficiente nerdgasmos con los exitazos «Stranger Things» y «The Get Down«, ahora llega la segunda temporada de «Narcos«, una de las mejores series del año pasado y que me enseñó una y otra cosa sobre el patrón de Medellín.

Padilha (el director) ya dijo que la idea de «Narcos» era partir con Pablo Escobar, pero eventualmente es continuar con la historia del narcotráfico hasta llegar a el «Chapo«, y de ser así les digo al tiro que estaríamos frente a obra maestra de Netflix.

Estamos claros que la primera temporada tenía sus detalles, pero recordemos que esta serie no es una película biográfica, sino una excelente serie basada en hechos reales y con mucha acción. Claro, ciertos hechos relatados sucedieron en la vida real y ahí es cuando uno dice: «¡Loco!, no puede ser que esto de verdad haya pasado…«, y ¡CHAN!, te das cuenta que así fue y toda esperanza en la humanidad se va a la punta del cerro.

«Pablo Muere«, así Netflix comunicaba los primeros adelantos de la segunda temporada, y que no es ninguna sorpresa, ya que la primera nos mostró todo el ascenso del patrón hasta su escape de La Catedral (la cárcel auto-impuesta por él mismo y que tenía todos los lujos posibles que un narco multimillonario podría tener). Ahí es cuando comienza la «segunda patita», con un Pablo un poco más vulnerable, pero igual de sólido que al principio, escapando como un winner y evitando perder su autoridad de «jefe de la coca» a toda costa.

Lo malo para él en esta temporada, es que muchos de sus socios van a convertirse en los buitres del negocio, y querrán hacerse con el poder ahora que Pablo está escapando de la justicia. Pensarán que esta es una oportunidad de oro para sacar de un vez por todas al «hombre de sus pesadillas», pero lo que no saben es que ser desleal a Pablito, significa un tiro en la cabeza. Bueno, ser leal también.

A estas alturas todos le tienen terror a Pablo, y solo algunos (los más tontos) van a querer beneficiarse de su ausencia. Porque si algo tiene el jefe es ojos y oídos en todas partes, sobre todo en los lugares de Medellín que crecieron gracias a su «solidaridad». Es un error creer que Pablo está herido como una rata, porque con heridas y todo, Pablo es un ser mucho más violento y peligroso.

«¿Maratón o Plomo?, Decida hermano»

Por si tienen la duda de si esta temporada es tan buena como la anterior, les diré tres cosas que los van a convencer de pegarse una maratón como corresponde:

• Si bien la primera parte cubre quince años de la vida de Pablo (y con grandes momentos como el atentado al avión de Avianca, y la toma del palacio de justicia), esta segunda cuenta con la parte mas intensa en su vida; el escape, la cacería humana, y el final que ya todos conocemos.

• Los capítulos no te dejan recuperar el aliento antes de volver a sorprender nuevamente con un golpe a la tranquilidad. En ese sentido, el tema del narcotráfico deja de ser el propósito central, ahora es algo mucho más personal en contra del líder del cartel, y los policías buscarán una venganza por toda la gente que murió en el camino.

• No todo se trata de Pablo Escobar, de hecho en esta temporada hay un crecimiento en los personajes secundarios, sobre todo en el de Murphy, quien empieza a sufrir las consecuencias de la investigación y la violencia a la que está expuesto. Su familia no puede seguir a su lado, y él deberá poner el pecho a las balas para continuar con su propósito principal, aun cuando eso signifique volverse un hombre muy diferente al que vimos en el capítulo 1.

Dato: Yo no sabía, pero muchos de los datos entregados a la producción corresponden a relatos de los verdaderos agentes Murphy y Peña, quienes son interpretados de una forma ferviente por Boyd Holdbrook y Pedro Pascal respectivamente. Estos datos sirvieron para hacer de esta serie una cuestión mucho más visceral y violenta, tal como fue en la vida real pero con la dosis exacta de ficción para hacerla más «llevadera».

El gran fuerte de «Narcos«, es hacernos ver que Pablo Escobar no era un simple «Narco-Robin Hood», sino que en su narcisismo él de verdad se lo creía. Para bien o para mal, Pablo es un ser todopoderoso que hasta en su «peor momento» permanece firme y duro ante las adversidades. Y es ahí, en ese oscuro momento cuando se ve al Wagner Moura más feroz que nunca, haciendo de Pablo su propio personaje, absorbiéndolo hasta la última gota, y entregando lo mejor de sí.

Si la primera temporada jugaba con ese impacto de ver el crecimiento de Pablo Escobar hasta convertirse en el «Rey del Cartel», esta segunda juega a ser un thriller de persecución, en donde la tensión crece y se estira como un elástico a punto de romperse y golpearnos en la cara. Por eso creo que Narcos tiene un factor sorpresa increíble; el de hacernos creer que no tenemos idea lo que va a ocurrir a continuación, a pesar de que ya lo sabemos todo.

Conclusión

Lo que no sabe Netflix, es que la única droga se llama «Narcos«, porque en dos temporadas ya nos volvió unos adictos y nos obliga a pedir «un episodio más» antes de dormir, porque simplemente está hecha con sangre, sudor y lágrimas, y porque es una droga de la «buena».