20 julio 2018

¡Felices diez años, Joker de Heath Ledger!

Por estos días, Internet quedó pasada a El Caballero de la Noche (The Dark Knight, 2008) la amada segunda parte de la saga murcielagosa de Christopher Nolan. ¿El motivo? La película cumplió ni más ni menos que una década de vida. Diez años desde que todos moríamos por verla, la mayoría todavía con una ceja levantada porque ese tal Heath Ledger nunca superaría al Joker interpretado por Jack Nicholson en la película de 1989. Quizás ustedes son muy jóvenes para recordarlo, pero por esos días la gente en Internet era muy odiosa y desconfiada (no como ahora) y todo el mundo basureaba a Heath Ledger por haber actuado en películas que no eran del gusto de los fanáticos de Batman, es decir, todas. Era una época sin películas Marvel (“Iron Man”, protagonizada por un tal Robert Downey Junior, se estrenó un poquito antes que ésta), y no existían esas barras bravas que son hoy día los fanáticos de las marcas, digo, de las sagas.

Hoy en día se dice que “The Dark Knight” es la mejor película de superhéroes de todos los tiempos. Se aplaude la seriedad de Christopher Nolan al armar su trama tan policial, y se recitan versos de la película como quien recita versos de las sagradas escrituras (“O bien mueres siendo un héroe”). ¿Pero quieren escuchar una opinión impopular? ¿No? Mala suerte, se las voy a dar igual. Yo creo que esta película es un clásico de todos los tiempos, justamente gracias al Joker de Heath Ledger, y es eso lo que deberíamos estar celebrando.

Este compadre solo existe para hacer el mal

Primero, por el personaje. Una de las cosas más inteligentes que hizo Christopher Nolan en toda su vida fue transformar al Joker en una fuerza de la naturaleza más que en un personaje. Este compadre no se cayó a un pozo con ácido que le dejó la sonrisa eterna, la cara blanca y el pelo verde. No mató a los papás de Bruce Wayne, ni era un comediante con problemas económicos que se hizo delincuente. Este compadre solo existe para hacer el mal, y cada vez que habla está mintiendo, manipulando y/o filosofando sobre el caos y los perros que persiguen ruedas sin saber qué hacer con ellas. Cuando pregunta: “¿Quieres saber cómo conseguí estas cicatrices?”, es una táctica intimidatoria que siempre tiene respuestas distintas, y es justamente ese misterio el que lo hace inmortal.

Le debe muchísimo (quizás demasiado) al John Doe de “Los siete pecados capitales” (1995), pero traspasado a la galería de villanos de Batman se transforma en un ejemplo de originalidad y brillo. Lo que lo hace un muy buen villano también es su casi sobrenatural capacidad para ir diecisiete pasos más adelante que todos los demás personajes, talento que deja al viejujo de Saw como un improvisador cortoplacista. Todo muy hermoso, pero cuando hablan de “realismo”, es este aspecto el que peor ha envejecido. De verdad, para que el Joker consiga hacer todo lo que hace en esta película, tendría que ser ingeniero, experto en armas, explosivos, ley del caos, adivino tarotista, parapsicólogo y bombero. Pero quién sabe, demás que es todas esas cosas.

Segundo, la actuación. Hay personas que le han callado la boca a toda la Internet y después está Heath Ledger. Cuenta la leyenda que el compadre se encerró durante meses a cranear su interpretación del Joker, y que esa oscuridad y aislamiento fue lo que lo terminó matando. Pero en pantalla solo se ve un trabajo de actuación increíble, completamente distinto a todas las encarnaciones que había tenido el personaje. Con esa lengua constantemente mojando los labios, con esas carcajadas que más parecen ruidos de animal, y con esa voz que transforma cualquier línea de diálogo en una amenaza para quedar helado. Y que dicen las malas lenguas, está basada en Tom Waits… juzgue usted:

Y finalmente… el peliculismo. Al igual que el criticado Tim Burton, lo que más inspira a Christopher Nolan en el universo de Batman son los villanos, y eso se nota. Desde el cariño que le pone a R’as Al Ghul (Liam Neeson) en la primera película, al Espantapájaros (Cillian Murphy), o a los denostados Bane (Tom Hardy) y Gatúbela (Anne Hathaway), se nota que lo que realmente le fascina al compadre son los malos. Y con el Joker de Heath Ledger hizo su mejor obra. Desde esas cuerdas ominosas que suenan en el soundtrack cada vez que aparece el compadre, hasta el vestuario, los ángulos o la presentación que hace (¡ese prólogo!) todo en el Joker es impactante. ¿El momento en que el compadre saca la cabeza por la patrulla y deja que el viento le vuele el pelo? ¿O ese plano casi subliminal del Joker sin maquillaje en la cara y disfrazado de policía? ¿O el aplauso en la cárcel cuando ascienden a Gordon a comisionado? Esos momentos son los que hacen The Dark Knight inolvidable. ¿No me creen? Nómbrenme un momento con Batman/Bruce Wayne que sea igual de bueno.

Esta película es el show de un solista

Es tan bueno el Joker, que incluso los tiene a todos hipnotizados con que esta es una película donde la dinámica “héroe/villano” es la mejor de todas. Yo honestamente no sé de qué dinámica me están hablando, si esta película es el show de un solista, no de un dueto. Es cierto que Batman reacciona a todo lo que hace el Joker, pero el compadre no tiene ni un solo momento en que sea más inteligente que él, o consiga derrotarlo realmente. Porque puede que al final lo atrape y lo deje colgando para siempre en esa cornisa… Pero esta es una historia donde Batman fracasa. Rotundamente.

Así que eso, mis queridos lectores. Yo no creo que esta sea la mejor película de superhéroes de todos los tiempos, porque creo que Christopher Nolan no quería hacer películas de superhéroes. Lo que sí creo, es que va a ser recordada por todos los tiempos. Y eso no es un logro menor tampoco… Así que feliz aniversario, imprescindible Joker de Heath Ledger. TKM.

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Hermes El Sabio

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