«Extremis», el corto-documental nominado al Oscar que puedes ver en Netflix

Sinopsis: Extremis abre el debate sobre el dilema existente entre si se debe desconectar a un paciente que sobrevive únicamente por un respirador o si, por el contrario, se debe permitir que ese paciente siga conectado a pesar de no poder respirar por sí mismo y que no haya garantías de que vaya a mejorar.

La muerte no es algo sencillo para nadie, menos aun cuando se debe afrontar entre las paredes de un hospital, donde los familiares se pueden ver obligados a tomar decisiones muy duras respecto al paciente. ¿Una persona puede decidir en qué momento morir o es algo que debemos dejar a los médicos o la propia ley natural?.

El primer corto documental de Netflix llamado «Extremis«, –y que a propósito– está nominado al Oscar dentro de su categoría, está dirigido por Dan Krauss («The Kill Team», «Somos Legión»), y con menos de treinta minutos nos enseña una y otra cosa respecto a este doloroso «proceso» que más de alguno quisiera evitar.

Fe y probabilidades, vida versus muerte

Tres mujeres, y un indigente están internados en los cuidados intensivos del Highland Hospital de Oakland, California, y es a través de su inminente deterioro que conoceremos las decisiones familiares y médicas, que buscan de alguna forma favorecer los deseos del paciente.

Un caso de esos es el de Donna, una mujer anciana que permanece entubada, deteriorada y con un diagnostico que no garantiza su recuperación sin la respiración mecánica. Los familiares la acompañan, e intentan con todas las fuerzas que muestre alguna señal de mejoría antes de que sea demasiado tarde.

Otro caso es el de Selena. Su diagnóstico es mucho peor ya que se mantiene en un estado de inconsciencia total, y los familiares esperan que ella pueda despertar milagrosamente, a pesar de no tener ningún tipo de certeza de que ella pueda seguir resistiendo los tratamientos.

En todos los diagnósticos, los doctores no pueden asegurar que otros tratamientos puedan hacer efecto. Además, hay un límite moral que los obliga a no seguir interviniendo en la agonía de un ser humano, puesto que hay veces en que la cura se puede volver una tortura innecesaria.

La muerte es inevitable

Una de las cosas excepcionales de este corto documental, es que a pesar de que estamos hablando de un momento muy doloroso para un grupo de personas, en ningún momento se transgrede la privacidad de los familiares y el paciente. La sensación que genera en uno es de compasión absoluta, porque las grabaciones parecieran estar hechas desde la cama vecina al paciente, por lo que la vinculación emocional es poderosa, y cercanamente dolorosa.

Hay momentos en que uno quisiera estar ahí para dar un abrazo, tomar una mano, y ayudar a compartir ese dolor. Y es porque resulta crudo recordar que no estamos viendo «otra película de ficción», y que esto es pura realidad.

Netflix se encarga de tocar un tema delicado para todos. Y lo hace de una manera simple, delicada y que no deja afuera a nadie; la inevitable y nunca bien recibida muerte, desde la forma más humilde posible, y que en veinte minutos es capaz contarnos una historia que nos invita a ponernos en ese «incómodo lugar» en el que nadie quisiera estar.

Otra cosa interesante es ver las diferentes reacciones familiares ante la muerte. No todos somos capaces de mantener la compostura o aceptar de forma fácil que un ser querido está a punto de partir. «Extremis» encuentra la forma de registrar esos matices humanos y nos lo proyecta como un registro documental súper inusual, pero a mi parecer, también como una especie de «enseñanza de vida».

Quizás mi único pero, es que uno queda con ganas de seguir conociendo la historia de los protagonistas, o al menos de los familiares. No sé, saber si la decisión que tomaron fue «la indicada», cómo fueron los últimos minutos del paciente, etc. Pero es entendible también que hay cosas que es mejor mantener en la privacidad por un tema de respeto al dolor de los familiares.

Un primer paso para algo grande

Si con el primer corto documental Netflix (con Dan Krauss) fue capaz de conseguir una inmediata nominación al Oscar, es de esperar que esta idea continúe con otros títulos originales del streaming.

Piénsenlo así: un formato corto (no más de media hora) podría atraer a un nicho mucho mayor de personas que buscan un contenido más rápido, más simple, y con una narración mil veces más power que una película –por ejemplo– de dos horas y dirigida por Adam Sandler, o la terriblemente aburrida «iBoy». Creo que «Extremis» nos ha enseñado que el formato funciona, y que puede replicarse en otras ideas, o mejor aun; subiendo contenidos nacionales que merecen la oportunidad de llegar al público masivo de Netflix.

Así que eso. Si pueden ver «Extremis» háganlo porque es una joyita que retrata algo inminente a lo que todos estamos expuestos y que debemos estar preparados para cuando llegue. Si están pasando por un «mal momento», es mejor esperar a que el animo mejore antes de sumergirse en el corto, de lo contrario «el mensaje» puede ser más triste de lo que pretende ser.

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