13 junio 2018

Espectadores de películas de terror: tenemos que hablar

Queridos espectadores de películas de terror: tenemos que hablar. Con urgencia. Quizás no es una urgencia así de vida o muerte, pero sí es algo que me parece grave. Espero poder contar con su atención durante lo que sea que se tarden en leer este texto, les juro que va a ser menos atención que la necesaria para disfrutar una película buena. Espero que estén conmigo hasta el final. Aquí vamos.

¿Hereditary es una comedia acaso?

El pasado sábado en la noche me acerqué al que es lejos mi cine favorito, el [su marca podría estar aquí]. Aparte de disfrutar sus increíbles dependencias, deliciosos snacks e impecable servicio, iba a deleitarme con la película Hereditary, estrenada en Chile como El legado del diablo. Una película escalofriante, de calidad excepcional y dueña de muchas virtudes que por el momento no vamos a detallar. Un gran panorama de sábado en la noche, no digan que no.

Toni Collette Blink GIF by A24

El problema es que estando en la sala, empecé a notar que para el público chileno, Hereditary es una comedia. Una comedia absurda, que merece ser comentada a viva voz, con carcajadas burlescas y dedos apuntando a la pantalla en momentos que hielan la sangre. Risotadas. Ahora debo aclarar que yo sé muy bien lo que son las risas nerviosas. Después de un momento de tensión, necesitamos descargarnos. Cuando algo muy intenso ocurre en pantalla, esa risa nerviosa es una válvula de escape rápida, una reacción natural a una descarga de emoción que acaba de ocurrir y que nos incomoda. Créanme también que sé distinguir una risa nerviosa de una carcajada burlesca proyectada que se libera para ser escuchada por todo el cine, y no algo necesario para el sistema nervioso.

En el caso de la película Hereditary, tener espectadores así es un problema. Porque verán, esta es una película silenciosa, muy de atmósfera, que dosifica muy bien sus golpes de efecto, y que distribuye información muy necesaria para decodificar la historia justamente durante esos momentos silenciosos. Muchas veces hay detalles clave que pasan colados y que nosotros, como espectadores, deberíamos poder procesar. Lo malo es que esa actitud fiestera de Vamos a reírnos de la película de terror, no solo les hará imposible entender la película, también les hará imposible admirarla. Y de paso impedirán que otras personas la entiendan y la admiren.

Cuando salí de esa función me fui con un montón de gente en el ascensor y descubrí, con muy poca sorpresa, que todos habían odiado profundamente la película. Decían cosas como «la peor película que he visto en mucho tiempo” o “Pffft” o mi favorita “esta cuestión debe tener dos puntos (sic) de crítica”. No sabís nada la mansa crítica que tiene esta película, compadre. Pero nunca vas a entender el porqué, si es que estabas esperando que la muñeca Annabelle saltara del ropero con un ruido fuerte.

El único género donde absolutamente todo es posible

No quiero ponerme a predicar, pero no me dejan opción. El terror es mucho más que monos feos que salen repentinamente y asustan. Es más que gente con los ojos blancos/negros, payasos asesinos o que Marilyn Manson con hábito. El terror es el único género donde absolutamente todo es posible, el único género que habla directamente del ser humano y su relación con la muerte y/o lo desconocido, el género que puede sembrar cualquier tabú imaginable para después cosechar verdades. ¡Y de paso helarnos la sangre!

Sí, porque El Exorcista no es solo una niñita satánica que dice garabatos, es una película sobre la fe, sobre la relación del hombre con Dios, sobre la maternidad y sobre las enfermedades. El Resplandor es sobre adicciones, sobre crianza, sobre violencia intrafamiliar. The Witch es sobre los mitos que terminaron definiendo a la nación más poderosa de Occidente. La Masacre de Texas es sobre la demencia más brutal que los gringos creían tener en sus patios traseros. Y así con cualquier película de terror de las buenas buenas pero buenas, quizás hasta llegar a las películas mudas.

No tengo nada en contra de El Conjuro, o Insidious o incluso It. De hecho me gustan esas películas. Fui uno de los pocos críticos que dijo cosas buenas de Annabelle 2 (tenía buenos sustos). De todo hay en la viña del terror, y esa es otra de las gracias de este género. Cabe mucho. Para mí lo inaceptable es que tú, espectador, quieras ver solo ese tipo de películas, y no estés dispuesto a darle una oportunidad a otras. Ya, si todos nos asustamos y lo pasamos bien con el fantasma cara pálida de mirada penetrante, pero esa fórmula de alternar ataques episódicos de terror mientras se va develando un misterio, todo encaminado a un enfrentamiento final con alguna sorpresa y final abierto, es solo una de las tantas posibilidades que da este género. Por eso mismo, deberías estar con el cerebro incluso más abierto que con la ciencia-ficción. El terror es un abismo que se abre bajo tus pies, perrito. Es ponerle el espejo a la oscuridad, compadre. Es dispararle al diablo por la espalda, máquina. Te estoy diciendo, vieja.

– A continuación, spoilers de Hereditary –

Una pieza menos del rompecabezas

En mi fila había tres parejas, todos amigos entre sí. Los que estaban en las puntas de la fila se habían sentado chueco para poder hablar mejor con los demás, y estuvieron así casi toda la película. Empezaron a hablar mucho y a reírse en una escena en que Annie, el personaje interpretado por Toni Collette, cuenta quién era su madre recientemente fallecida. En esta escena, que es un monólogo increíblemente bien actuado, la comadre cuenta que su mamá era básicamente un monstruo. Que llevó a su papá a una depresión que lo hizo suicidarse, de hambre. También cuenta que tenía un hermano esquizofrénico que se ahorcó, y que dejó una nota en que acusaba a la mamá de “meterle gente dentro”.

Toni Collette Hereditary GIF by A24

Yo sé que todos estos detalles que estoy contando les dieron lo mismo a los amigos que conversaban y reían, porque en ningún minuto prestaron atención. Claramente el chistecito que estaba diciendo el amigo les importó más que Toni Collette ahí en la pantalla ganándose la nominación al Oscar. El problema es que al ignorar esta escena, queridos espectadores, se quedaron con una pieza menos del rompecabezas, y se perdieron prácticamente toda la base argumental que necesita la película. Imagínense están leyendo una novela y de pronto deciden saltarse un capítulo completo. ¿Por qué alguien haría una cosa así? Eso hicieron. Pagaron para perderse cosas.

Con ese nivel de concentración, con esa actitud de cabro chico desordenado en la sala, ¿cómo van a entender que Hereditary es la historia de una anciana que invirtió toda su vida en invocar a un demonio del infierno, usando el alma de su nieta, a quien estuvo preparando desde su nacimiento? ¿Cómo van a digerir la historia de una mujer que estuvo dispuesta a asesinar miembros de su familia, uno tras otro, de generación en generación, hasta coronarse como la reina, la esposa humana de un espíritu del mal, todo esto después de morir?

Y ya, yo sé que la Annabelle da susto, con sus trenzas doradas y su mirada de porcelana, entiendo también que la monja pálida horrible nos haga saltar cada vez que se asoma en la oscuridad, y entiendo que cualquier personaje interpretado por Javier Botet (googléenlo) probablemente sea pulento. Pero tienen que reconocer que la idea de una anciana inescrutable, que insiste en amamantar a su nieta como parte de su preparación para recibir a un demonio, es mil veces más perturbadora y memorable que el cosplay terrorífico de turno. ¿Cuál es el problema aquí para el espectador?

Que es justamente eso. Una idea. Una imagen que te ponen en la cabeza de a poquito, primero con ese monólogo que los amigos no pescaron, después con esa maqueta horrible en que la anciana está ahí en camisón, ofreciéndole a su nieta un pecho abundante. Amigos, ¿también se perdieron ese plano de la maqueta? ¿O lo vieron y no entendieron por qué tenía una figura tan grotesca?, Jajaja, cacha la maqueta qué fea, se parece a la mamá del cabezón, mira cabezón tu vieja jajaja.

Tener todos los detalles en la cabeza

Uno de los reclamos que escuché de la gente que detestó Hereditary, es que “al final se va para cualquier parte”, y aquí es donde tengo que estar en desacuerdo también. Si prestaron atención, lo que pasa al final de la película es justamente para dónde ha ido desde el principio. En la carta que la abuela maldita le dejó a su hija le pide perdón por las cosas que no pudo decirle. ¡Las cosas que no pudo decirle! Como por ejemplo, ¡que era la líder de un culto demoníaco ocultista! Le dice también que no llore tanto sus pérdidas, porque la recompensa final va a valer la pena. ¡La abuela le dice que no llore tanto las muertes de sus hijos y su esposo! ¡Todo lo que vemos ocurrir delante de nuestros (horrorizados [si es que estaban prestando atención]) ojos!

Ahora piensen en toda la información que Annie recopila en los libros: quién es el demonio, cuál es la recompensa para los conjuradores. Sí, todas esas personas desnudas que aparecen al final. Todos ellos que estaban en el funeral en los primeros cinco minutos de película. Incluso está el que sonríe, y adivinen, en la escena del funeral le sonríe a Charlie. El ritual completo, con los conjuradores haciendo reverencias, aparece ilustrado en esas mismas páginas del libro. ¿Y qué me dicen de las fotos en que se veía que adoraban una foto enmarcada de Annie y su familia? Ese momento es escalofriante. ¿Por qué?

Porque es terror en lo cotidiano, es usar la familia -lo que es cercano a todos- en nuestra contra. Tu mamá es la reina, la que se sienta al lado en un trono del infierno. La señora gordita buena onda es una conjuradora que te embauca para invocar a un demonio que terminará poseyéndote y llevándote a la auto decapitación. No, si eso está súper bien, de a dónde que voy a tener pesadillas.

“Quería que fuera niño”, le dice Charlie a su mamá, recordando a la abuela. Claro que quería que fuera niño, el demonio necesitaba un cuerpo de varón. Pero no le funcionó con el marido. No le funcionó con el hijo. Su propia hija le negó a su nieto. Pero con Charlie pudo. Y empezó a prepararla, consiguió que su hija incluso la dejara amamantarla, acompañando todo con rituales, rayándole las paredes con nombres de demonios, ¿sus guardianes, sus compañías? Una niñita de catorce, quizás con qué maldad en la cabeza, en el cuerpo, cuánto hechizo, cuántas pócimas. Decapitando palomas muertas para crear juguetes profanos. Durmiendo sola en la gelidez de la casa del árbol. Anticipando su propia muerte horrible decapitada contra ese poste, poste que estaba marcado desde el principio. No sé si yo soy muy sensible o qué, pero todas estas cosas que estoy enumerando me parecen escalofriantemente espantosas. Y coronarlas en ese ritual, con esa escultura grotesca semejante a los juguetes que hacía Charlie, con dos cadáveres decapitados ahí abajo y viejos piluchos alabando demonios, ufff.

scissors GIF by A24

Pero todo esto lo pienso porque tengo los detalles en la cabeza, porque de alguna forma conseguí el milagro de tener la cara apuntando a la pantalla, y de aguantarme de conversar con mi acompañante durante un poco menos de dos horas. No me dieron esas carcajadas cuando Annie es finalmente poseída y empieza a azotar su cabeza contra la puerta de la azotea. Al contrario, encontré que era horrible, algo tan inhumano, tan despiadado. No paraba de pensar en lo terrible de todo, lo que le estaba pasando a ella, lo que le estaba pasando al hijo, la certeza de que el mal iba a ganar. Lo mismo cuando descubrimos que se está auto decapitando, sin sacarle los ojos de encima a Peter. Me imaginé qué haría yo si me encuentro a mi mamá haciendo eso. ¿Nadie más se sintió así?

A mí todo esto me lo provocó la historia. Estar tanto rato en los zapatos de estos personajes mientras vivían algo que solo puedo definir como una pesadilla. El cadáver de tu abuela, exhumada, negra por la descomposición, con gusanos, decapitada. Encontrarte eso en un rincón de tu casa, en la oscuridad, iluminado por una linterna, con velitas prendidas que alguien dejó ahí. Por favor explíquenme por qué lo encuentran gracioso.

No puedo parar de pensar en esta película. Me acuerdo de la secuencia en que Toni Collette pasa de no creer en los espíritus, a asustarse con los espíritus, y a creer ella misma firmemente en los espíritus. ¡Eso pasa en tres escenas! Primero se ríe de lo que le cuenta Joanie (¿la primera y única vez que sonríe en la película?) La escena de la sesión de espiritismo es terrorífica porque ella está aterrada y transmite sus emociones como la gran actriz que es. Y ya, está bien que no creas en brujerías, que te dé risa lo sobrenatural, lo que sea. Pero… ¿cómo no encuentras increíble la película solo por la actuación de la comadre? ¿Tan malacostumbrado te tiene el terror que ni eso se disfruta?

En la escena en que su marido se quema espontáneamente ante sus ojos, fíjense cómo su expresión pasa del horror más absoluto a la inexpresión del cuerpo poseído, en un segundo y justo antes de que corten al plano siguiente. Solo por esa reacción esta comadre se merece un Oscar. Pero no. “Jajaja, se quemó que imbécil, ¿cachaste cabezón?”.

Hereditary GIF by A24

La familia de Hereditary está condenada, el espectador de películas de terror, no

Como pueden ver, estas reacciones carcajosas me parecen inexplicables. ¿Pero saben qué es lo peor de todo? Que no tengo rabia contra esas personas, no me dan ganas de insultarlos, ni de increparlos por su falta de respeto. Me da pena porque uno se toma muy en serio esto de recomendar películas. Uno quiere que la gente vea lo que uno encuentra bueno, especialmente si es una película de terror tan joya como esta. Y no puedo hacer nada para que disfruten. Porque no le dieron ni una oportunidad. Se la farrearon. Y ojo que esto no es “opinar distinto”, “tú con tu verdad yo con la mía”, “tolerancia, tolerancia”. Si alguien ve esta película con atención y respeto, y así y todo encuentra que es mala: ¡increíble!, ¡conversemos!, ¡like y compartir! Pero eso es imposible si no vieron la película. Si nunca abrieron bien los ojos y las orejas. “Parece que vimos películas distintas”. Eso es justamente lo que pasó. Y tampoco estoy diciendo que sean tontos. No creo que esta sea una película “cabezona”, con simbología de alta cultura. Aquí está todo clarito y en superficie. Pero hay que prestar atención.

La familia en Hereditary está condenada desde el minuto uno. Desde el cartel con el obituario de esa anciana tan reservada (“si ella viera a toda esta gente aquí, se sorprendería”). De ahí en adelante todo lo que pasa en la pantalla es un paso más hacia la destrucción de los personajes y el triunfo del mal. Como una enfermedad hereditaria que nace contigo y de la que no se puede escapar. ¿Saben qué? Hasta el título penca traducido tiene sentido. Es un “legado del diablo”. Hay gente que me ha dicho que ese es el problema. Que la publicidad y el título de la película atrae a espectadores que están acostumbrados a ese terror. Y esto no va a cambiar, porque a los distribuidores les da lo mismo que a la gente le gusten las películas, a ellos les sirve que vayan. Los títulos sensacionalistas no van a cambiar, este problema tendremos que resolverlo entre nosotros. Y con eso en cuenta… ¿es mucho pedir que por último manejen su enojo de otra forma?

Hereditary GIF by A24

Imagínense a alguien que quiere ver una película de Meryl Streep. Un drama de esos medio cómicos, light, donde haga de señora simpática con peluca, onda Julia Child. O Mamma Mía. Eso quiere ver esta persona. Pero PAF se mete al cine a ver The Post. De pronto se encuentra frente a un dramón histórico sobre la emoción y el suspenso de publicar un artículo en el diario. La señora Meryl sale muy poco. No es lo que la persona quería. ¿Esta persona se empieza a reír en el cine? ¿Apunta con el dedo a Tom Hanks y le grita “qué ridículo”? ¿No, verdad? ¿Por qué el fan de las películas “del diablo” sí? ¿Por qué escoge arruinarle la experiencia a todo el cine?

En fin. Me estoy yendo muy lejos. Lo que quería decir es que la familia de Hereditary está condenada sin posibilidad de escape. El espectador de películas de terror no. No se condenen ustedes, cabros. Sálvense. Díganle que no a los conjuradores y expulsen al rey Paimon de sus vidas. Sean mejores espectadores. Estrujen más la plata de la entrada. Se merecen estas películas. Y siempre habrá La Monja 2: Réquiem para ir a tirarnos cabritas. Podemos tenerlo todo.

Hermes El Sabio

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