14 septiembre 2018

Estreno de la semana: «El Depredador»

¿Vieron la película Depredador? Se trata del Depredador, un alienígena zorrón, jamaiquino, típico surfer con collar de colmillos, tatuajes tribales y juguetes caros que le compró el papá, que viene a la Tierra a hacer deporte extremo, porque la vida es corta, perro, namasté.

Lamentablemente para los humanos, su deporte extremo consiste en cazar humanos, tirarles rayos, reventar cabezas y llevarse espinas dorsales de recuerdo a su planeta, como quien se lleva moais de lapislázuli o indios pícaros con la bandera chilensis.

El compadre tiene cara de araña, con unas mandíbulas increíbles que deben ser muy prácticas para comer choclo mientras lee el diario. Pero lo mejor es lejos toda su tecnología mala onda, que incluye hombreras con lanzacohetes, garras retráctiles de Wolverine, muñequeras con bombas nucleares, entre otras. Bélico el compadre. Y tiene sangre fosforescente, lo que supone una ventaja evolutiva cuática, porque puede hacerse transfusiones de sangre durante los apagones.

«El Depredador decidía jugar en modo experto»

En la primera película, el Depredador decidía jugar en modo experto, así que se iba a meter a una selva en plena guerra a pitiarse mercenarios masca puros, brígidos y musculosos, incluyendo Apollo Creed, y dos gobernadores de California, uno de los cuales era ni más ni menos que Junior en persona, Arnold Schwarzenegger. Ahí le iba más o menos no más a Depredador porque Schwarzenegger de a poco iba descubriendo sus debilidades y al final le llena la selva de trampas y, cuento corto, le tira un tronco gigante encima y después le saca la madre mientras Depredador agoniza, lo que debe ser lo peor. Claro que como buen zorrón, el Depredador no sabe perder, así que activa la bomba nuclear de su muñequera y hace explotar toda la jungla, siendo el final perfecto para una película que todos deberían ver porque es maestra.

Después hicieron más películas sobre otros Depredadores que vinieron a la Tierra después de ese a seguir cazando humanos. Incluso hicieron unas películas en que los Depredadores se enfrentaban a los otros alienígenas mala sangre con doble set de mandíbulas del universo, en un par de películas que no me acuerdo cómo se llaman porque pagué un tratamiento de electroshock para inducirme amnesia y olvidarlas. De lo único que me acuerdo es que tenían la palabra “vs” en alguna parte.

Las buenas noticias que les traigo este lindo día son que: primero, se estrenó una nueva película de Depredador, y segundo, no voy a necesitar dinero para inducirme amnesia.

«El tatita Dios me está mirando y Él sabe que lo pasé increíble»

Si no se acuerdan de la película original con Junior, da lo mismo, porque acá pasa todo lo que pasaba en esa película en los primeros cinco minutos. Cae una nave del espacio mientras un soldado brígido está en plena guerra (contra el narcotráfico), corre la sangre, el compadre se da cuenta de que anda una criatura espacial con armas cuáticas, y consigue derrotarlo. Pero todavía faltan dos horas de película, así que no se preocupen. Después entran en acción una científica experta en ir a laboratorios a poner cara de sorprendida, un cabro chico genio con problemas (típico), y un grupo de soldados locos que justo estaban en la micro equivocada en el momento equivocado, igual que los pasajeros de “Máxima Velocidad” o ese compadre que evadió Transantiago justo cuando subieron a fiscalizar. Antes de que uno alcance a decir “Dillon, viejo sinvergüenza”, todos estos personajes (incluyendo el soldado del principio), terminan metidos en el medio tete, uno que le lleva Depredadores, agentes de gobierno apestosos, sangre y mucha pero mucha tontera.

Porque saben qué, les voy a decir la pura y santa verdad al toque: esta película es tan entretenida como tonta, y es tan buena como mala. No me voy a hacer el gil, cabros, porque el tatita Dios me está mirando y Él sabe que lo pasé increíble y pegué gritos de esos que uno pega cuando no se puede creer lo que le hicieron a ese personaje. Si les gusta el Depredador (la criatura más que la original), esta película los va a hacer gozar como ninguna otra de sus secuelas. El compadre se ve cuático, entendemos mejor cómo funcionan sus armas (su casco, por ejemplo), y hay momentos en que genuinamente pareciera que la historia va a ir valientemente a lugares insospechados, y filete.

Lamentablemente, el GPS de la película se echa a perder, y se va para cualquier. Muy rápidamente comete errores brígidos, por ejemplo, seguir transcurriendo en vez de terminar. Estas ridiculeces dan mucha rabia y uno mira a su acompañante con cara de signo de interrogación, pero eso no quita que lo sigamos pasando escena por medio, o cada tres escenas más cerca del final, aunque casi. Lo que estoy tratando de decir, es que vayan haciéndose la idea de que El Depredador es una película bien tontorrona que hace muchas cosas bien, pero que se nota que es un monstruo híbrido donde muchos metieron mano y no todos eran expertos en genética interespecies (metáfora).

Entre lo bueno están los personajes. Son simpáticos, muchos bastante chistositos, y todos muy en el espíritu de Depredador (especialmente los soldados locos). También me gustó harto todo lo que pasa con el cabro chico intentando descifrar esos juguetitos intergalácticos. Lo que hace con esos bullies parece sacado directamente de las películas ochenteras en que trabajó el peliculasta con su guionista (recomendación: busquen “Monster Squad” y dejen de decir que “Los Goonies” es la mejor película de cabros chicos aventureros). También me gustó mucho lo sangrienta y cruel que es con muchos de sus personajes. En una época donde incluso las muertes de los superhéroes son mentira, resulta muy fresco y sorprendente ver que esos personajes chistositos se van flotando en el aire sin piernas, cayendo a sus muertes. Y perdónenme lo repetitivo, pero de verdad hay mucho cariño por esta criatura maldita.

«Depredador es un alienígena que caza por deporte»

Y, bueno ya. Lo malo creo que es todo lo demás. Lo que más me duele es que sientan esa necesidad (producto de los tiempos, lo sé) de explicarlo todo, de inventar historias complejas que dan lo mismo y que no son necesarias en lo absoluto, sobre todo cuando hablamos de un extraterrestre que mata por deporte. Pero qué le vamos a hacer, esta es la Alien Resurrection de las Depredador, así que ya estamos en un punto donde los Depredadores se comunican entre ellos (¡con subtítulos y traducción!), en que la genética los tiene a todos ocupados y luciendo nuevas criaturas que no les llegan ni a los escamosos talones a la original, e inventando enredos que recuerdan ese viejo adagio “el que explica se complica”.

Hollywood, cómo te explico: Depredador es un alienígena que caza por deporte. Lo único que hay que hacer es inventarle un ambiente entretenido y personajes ídem que estén a la altura y listo. The End. Así que eso. Pudo haber sido muchísimo mejor y se notan de lejos las pifias, pero no voy a reclamar mucho contra una película que me hizo pasarlo tan bien. Grande, Depredador, máquina, perro.

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Hermes El Sabio

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