13 abril 2018

¡Crítica maestra! ¡Rampage: Devastación!

Hay algo que a mí nunca me va a aburrir. Y lo digo aquí porque creo que es algo que deben saber sobre mi persona (maestra) antes de seguir leyendo esta crítica. Aquí va: nunca me van a aburrir los monstruos gigantes destruyendo ciudades. Ya sea en forma de Pacific Rim, Godzilla o King Kong, para mí la pantalla se llena de felicidad cuando algún reptil y/o simio sobredimensionado, está métale cachuchazos con los rascacielos, y los humanos ahí sin poder hacer nada con sus tanques y sus metralletas puro gritando y arrancando. Por mí que se estrene una película todas las semanas con esta sencilla temática. Y entre Mazinger Z la semana pasada y ahora Rampage, no me voy a quejar.

Un ratón que se vuelve gigante y los mata a todos

Rampage se trata de unos científicos que están en una estación espacial haciendo experimentos genéticos con un ratón que se vuelve gigante y los mata a todos, porque si vas a hacer experimentos genéticos que hacen que los animales se vuelvan monstruos gigantes, una estación espacial es el mejor lugar para hacerlo (fuente: Neil deGrasse Tyson).

Con tanta mala suerte que la estación espacial explota, y a la Tierra caen tres tubos de ensayo con el gas letal que transforma a los animales en monstruos y bueno ahí ustedes pueden adivinar lo que pasa: los tubos de ensayo son recuperados intactos y ningún animal se transforma en monstruo y la ciudad está a salvo, ufff. Menos mal. ¿Se imaginan la destrucción que tres animales gigantescos monstruosos hubiesen causado? Cuántas vidas se salvaron, gracias científicos.

Dónde la viste. Obvio que los tubos de ensayo caen en la Tierra, y tres animales muy peligrosos se jalan el gas mutágeno y, antes de que uno alcance a decir Dwayne Johnson, los animonstruos empiezan a pisotear y dejar la mansaca por todas partes. Porque claro, obvio que el gas lo respiraron puros animales brígidos como un cocodrilo, un lobo y un gorila, si lo hubiese respirado un gato no habría pasado nada, y a lo más el monstruo se hubiera subido a la torre Entel a dormir, y a molestar para que le abran la llave y tome agua.

Afortunadamente para el planeta Tierra, el protagonista de esta película es ni más ni menos que el experto en primates, científico molecular y ex soldado agente del gobierno La “Dwayne Johnson” Roca, que es como el equivalente a dos Jaegers, un Mecha Godzilla y tres Mazinger Zetas. En otras palabras: Es maestro para detener monstruos gigantes.

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Ah y también están los dueños de la compañía científica de experimentos genéticos S.A., un par de pelmazos corporativos que están toda la película mirando monitores y expresando sus planes en voz alta, y uno los odia mucho así que después nos reímos muy fuerte cuando mueren de maneras tan repentinas y radicales (spoiler). Lo que estoy tratando de decir cabros, es que esta película es increíblemente mala, pero si van al cine a verla con sus amigotes lo van a pasar increíblemente bien. Momento, ¿puede una película ser mala y al mismo tiempo hacer que lo pasemos chancho? Bueno eso es justamente lo que estoy diciendo, gracias por prestarme atención.

La destrucción más entretenida y ridícula en pantalla

Lo mejor de esta película es lejos el gorila. Porque antes de convertirse en monstruo es todo buena onda y uno cree que va a ser el héroe. Sabe hablar con lenguaje de señas, protege a los humanos y se ríe igual que King Kong, pero después respira el gas mutágeno y se pone más mal genio que chófer de micro y le dan los monos y no hay quién lo pare. Y como La Roca es su amigo nunca deja de tenerle cariño, y justo cuando la película se está poniendo fome, el gorila vuelve a ser bueno y ahora ayuda a los humanos a luchar contra los otros dos monstruos.

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Y toda la secuencia final que es básicamente una gran pelea de monstruos vs. edificios vs. tanques vs. más monstruos vs. La Roca, debe ser la destrucción más entretenida y ridícula que hemos visto en pantalla en mucho tiempo. Yo sé que hemos tenido buenas películas de eso, pero esta es la versión entretenida y divertida de todo eso. Pacific Rim quería ser demasiado apocalíptica. La última Godzilla también era demasiado dramática y daba miedo. El pastel del Kong Skull Island nunca llegó a la ciudad y lo único que hacía era poner cara de enojado.

¿Aquí en cambio? Loco, en un momento el gorila le saca un cuerno al cocodrilo y después procede a apuñalarlo una y otra vez con él, y uno ahí aplaudiendo con la boca llena de popcorn. La dura, cabros. Se supone que King Kong vs. Godzilla se va a estrenar el 2020, pero con esta estamos Liz Taylor. Y este gorila nos cae mucho mejor.

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Ustedes se preguntarán qué hace La Roca corriendo entre medio de los monstruos mientras se reparten combos en loci. Bueno, la película hace lo posible por responder esa pregunta y el compadre siempre encuentra por ahí botado un helicóptero o un tanque que luego usa contra los monstruos, pero sea como sea, es muy divertido ver a ese músculo con dientes saltar en el aire en cámara lenta mientras el edificio del que acaba de salir colapsa bajo de las mandíbulas del cocodrilo gigante. Cabros, les digo, películas como esta no aparecen todos los días.

Yo sé que van a salir algunos a decir que la película es mala, que la historia no es creíble, o que cómo es posible que La Roca tenga tres profesiones y así y todo logre ir al gimnasio diecinueve horas diarias. Bueno a todas esas personas yo les digo con mucho cariño que aprendan a disfrutar las cosas buenas de la vida, y entre ellas obviamente está ver a tres monstruos demoliendo la ciudad de Chicago mientras La Roca esquiva escombros apretando los dientes con una bazuca colgando del hombro. Si me preguntan a mí, yo creo que no es nada de fácil acumular tanta tontera en una sola película, y que más encima uno lo pase chancho viéndola. Así que solo por eso, ¡qué viva Rampage!

Hermes El Sabio

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