Crítica Maestra: ¡Black Panther, lo nuevo de Marvel Studios!

La historia se trata de un joven príncipe de una nación africana escondida para el resto del mundo, que después de un ataque maletero en el que muere su papá, debe seguir sus pasos y transformarse en el nuevo soberano, todo con la ayuda de una amiga de toda la vida que se transformará en su amor, y de curiosos aliados que encuentra en el camino, solo para enfrentarse de frente con un pasado familiar terrible, y con un pariente de su propia sangre sediento de poder. El Rey León se llama la película, y es filete, pero hoy vamos a hablar de Black Panther, el último superhéroe Marvel.

Igual que…

Por si no vieron Capitán América: Civil War, este Pantera Negra es el compadre nuevo que sale un rato que es el hijo de Nelson Mandela y tiene un traje como de gatúbelo africano brígido. Al igual que Iron Man, War Machine, Ant-Man y Spider-Man, la gracia es que su traje tiene tecnología de punta que lo hace invencible; y al igual que Thor, Batman o Iron Man, es un príncipe heredero de una casta con mucha responsabilidad sobre sus hombros. Su reino es la nación de Wakanda, un país africano escondido del resto del mundo (igual que la isla de Wonder Woman) que tiene infinitos recursos y tecnología (igual que la isla de Bruce Wayne) y que siempre está recibiendo amenazas externas y no los dejan en paz (igual que la isla de Pascua).

La vigésimo sexta vez que vemos lo mismo

Al principio de esta película los wakandinos están chatos de que Gollum les robe el Vibranium (su cotizado mineral), así que parten a capturarlo con el Black Panther y las mansas persecuciones y secuencias de acción pulenta. Lo que no saben es que Gollum está asociado con Adonis Creed, un compadre que tiene a Wakanda entre ceja y ceja, y no sabes nada Black Panther la que se te viene: Oh My God.

Les voy a ser honesto, cabros. Al principio de esta película estaba con así cada pepa y cualesquier mandíbula. Wakanda es como si Asgaard fuera africano, y durante muchas secuencias es tanta la tecnología que todo parece sobrenatural y/o mágico. Se nota como una energía pulenta que ninguna otra película de superhéroes tiene, y uno quiere puro ver para dónde va todo. Pero la verdad es que todo va a lugares bastante conocidos para todos los que llevamos diez años viendo películas Marvel. Está el personaje que crea la tecnología y la explica, están las mujeres fuertes que siempre acompañan al héroe pero son fuertes (ojo, fuertes), está el villano que tiene una historia muy personal con el héroe, está el clímax donde diecisiete personajes están haciendo cosas mientras el héroe pelea cuerpo a cuerpo con uno igual a él, y así. Todo muy bien… si no fuera la vigésimo sexta vez que vemos lo mismo.

No se enojen. Hay mucho que amar en la película, como todo el mundo de Wakanda que es filete, o toda la onda mística con los espíritus de los ancestros y decidir ser un mejor gobernante que el anterior. La banda sonora se siente como aire fresco para este tipo de películas, y el villano les diría que es lo mejorcito que hemos visto en Marvel en mucho tiempo. Todo es muy serio además, con cien millones de chistes menos que la película Marvel promedio. Pero así y todo da la sensación de que todo es más o menos repetido (ver párrafos anteriores), y un poco cansador para ser solo una película.

Lo que estoy tratando de decirles, cabros, es que esta es una película buena y qué más quieren. No es para volverse loco ni para tatuarse Wakanda Forever en el brazo ni para correr a comprarse los juguetitos. Yo creo que esta es de esas películas que uno va a ver al cine, lo pasa bien, y después PUF, se le esfuma a uno de la memoria apenas sale del cine. Pero de que se pasa bien, se pasa bien. Gracias por leer, cabros.

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