7 septiembre 2016
¿Se acuerdan cómo buscábamos información antes de Google?
Los estudiantes de hoy no pueden quejarse, tampoco los que nos dedicamos al periodismo. Al menos no en lo relativo a buscar información, porque existe el gigante sabelotodo de Google que basta con saber escribir para que te arroje todo lo que necesites para armar tu presentación, para preparar tu trabajo, para encontrar fuentes o para contextualizar tu nota.
Incluso Google te ofrece la ayuda para ir punto por punto y evitarte así lecturas eternas para encontrar los ítems exigidos. Escribes en el navegador: causas de la Primera Guerra Mundial y te sale un listado detallado perfecto. Escribes personajes héroes durante la guerra, y lo mismo. Consecuencias inmediatas, consecuencias a largo plazo e incluso puedes buscar año por año los hitos principales, y san Google te hace la pega, mejor incluso que un profesor de historia, porque al gigante jamás lo traicionará la memoria.
Y como si fuera poco, hoy también existe todo tipo de material audiovisual y didáctico para complementar tus trabajos y aprendizaje, a través de los propios videos de Google, YouTube o Vimeo. Lo mismo con las imágenes, hoy basta tener una impresora o un par de monedas para ir al supermercado o al local tecnológico más cercano, para imprimir en HD y en calidad fotográfica el apoyo gráfico que acompañará tu presentación y que la dejará siempre digna para apoderarse del papel mural del curso el año entero. En serio, no podemos quejarnos.
Los que fuimos estudiantes antes de la llegada de Internet miramos esto con cierta envidia y recelo. Cómo nos hubiese cambiado la infancia si en nuestra época escolar Google hubiese existido. Cuántas pichangas más podríamos haber jugado. Cuántos capítulos de la serie favorita no nos hubiésemos perdido. Pero también miramos con nostalgia el esfuerzo que hicimos por conseguir la información y el trabajo en equipo que esto significaba.
Por otro lado, los que somos papás, aplaudimos. Gracias Google por ahorrarnos tanta pega. ¿Se acuerdan de sus mamás recortando y guardando sagradamente el Icarito los domingos?, ¿se acuerdan de haber tenido que ir a la Biblioteca, arrendar un libro, y luego marcar las páginas que nos servían?, ¿se acuerdan de la colección de revistas que había en la casas y que usábamos para buscar las imágenes de los trabajos?, ¿se acuerdan lo aplaudida que fue la Encarta cuando salió al mercado, cuyos discos tenías que cuidar como el santo grial para que no se rayaran y le sirvieran a tu hermana chica más adelante? Pero sin duda, lejos lo más aplaudido de todo fue la llegada de Internet. Aunque no siempre existió Google.
Los primeros buscadores
El primer buscador masivo fue Archie en 1990. Se trataba de una herramienta que permitía indexar archivos FTP, lo que permitía buscar documentos concretos, pero no podía indexar su contenido, sólo el título.
Luego llegó Wandex, o World Wide Web Wanderer, por accidente, en 1993. Se trataba de un robot web que debía medir el tamaño de Internet, pero rápidamente se dieron cuenta de que con unas pequeñas modificaciones el robot podía indexar las URLs, y así nació entonces el primer webcrawler.
Un año después nació Aliweb, que aún está activo, Lycos, y luego apareció Altavista. Es probable que muchos nos acordemos de este último, porque se convirtió en el buscador más popular antes de ser desplazado por Google.
La búsqueda antes de Google, era super diferente. Si Altavista no encontraba lo que querías, entonces pasabas a Lycos, y si todavía no lo encontrabas, dabas el salto a un tercer buscador. Hoy con Google sólo basta reformular lo que quieres encontrar, escribiéndolo diferente, para que te aparezcan páginas y páginas con contenido que puede servirte. Por esto llegó para quedarse y rápidamente destronó a los otros buscadores y formas para encontrar información.
