Partidos Recomendados Torneo Nacional Final de Campeonato

Al cabo, se dio el escenario soñado que todo hincha del buen fútbol –que se precie de tal- estaba esperando: la gran finalísima entre Universidad Católica y O’Higgins, para dirimir este irregular y, por momentos, mediocre Torneo de Apertura.

Aquí, no tienen mayor validez los antecedentes de uno y otro equipo. Ambos acumularon errores y virtudes a lo largo de 17 fechas, y el duelo definitivo en el Nacional será para aquel que muestre mayor consistencia en el juego y –parafraseando a Jorge Valdano- una alta dosis de hombría…

Aunque O’Higgins ha sabido superar condiciones adversas en los últimos partidos (sin olvidar el hecho de que careció de estadio propio durante todo el campeonato), su rival exhibe más riqueza de plantel. Más alternativas, más variantes, que han determinado, por ejemplo, que Martín Lasarte saque desde el banco las soluciones para resolver situaciones límites.

¿Las claves? Son muchas. Describiremos, pronto, las más importantes, pero insisto en el tema de la solidez emocional de los cuerpos técnicos y jugadores: lo importante será el compromiso adquirido por cada uno de ellos en la consecución de los objetivos finales, que son, nada menos, el título de campeón y la participación en la próxima Copa Libertadores de América.

Universidad Católica-O’Higgins

Martes, 19.30 horas, Estadio Nacional. Dentro de este semestre, celestes y cruzados chocaron tres veces, con dos triunfos para O’Higgins (en el Apertura y en el de ida de la Copa Chile, por octavos de final), y uno para la UC (partido de vuelta). El equilibrio es claro. Lo mismo, si nos remitimos al puntaje con el que terminaron el torneo: empatados en 39 unidades.

¿Dónde radicará la diferencia, entonces?

Jugadores líderes y/o valiosos. Los primeros tienen que ver con cuestiones de carácter y de temperamento. Los segundos, con aspectos más futbolísticos. Líderes en Católica: Toselli, Álvarez y, en menor medida, Mirosevic (en duda, por lesión). Valiosos: el propio Toselli, Costa, Sosa y Muñoz, cuando Lasarte decide incluirlo (“Ribery” se ha convertido en un auténtico-bombero-apaga-incendios).

Los que muestran mayor ascendencia sobre sus compañeros en O’Higgins, son: Barroso, Calandria y, varios peldaños más abajo, Leal y Figueroa. Los más gravitantes en el juego: Garcés, Barroso, Hernández y Calandria.

Veremos quiénes son capaces de sobrellevar mejor las fuertes condiciones futbolísticas y de tensión, que implicará una finalísima.

Costa/Hernández. Cuando escribí acerca de uno de los duelos por la Copa Chile entre estos cuadros, también me referí a esta dupla. Si bien son jugadores muy importantes para sus respectivos equipos, han demostrado una declinación evidente en los últimos tres partidos. Lo de Costa, incluso, agravado por una torpe expulsión frente a Antofagasta, que determinó su ausencia en le clásico ante Colo Colo. El 10 rancagüino entró en la siempre despreciable dinámica de la simulación. Dado que su talento suele ser frenado a punta de golpes, Hernández encontró terreno propicio para desarrollar sus aptitudes actorales: ahora, apenas lo miran feo se deja caer al césped, como fulminado por un rayo. Ambos son muy buenos jugadores, sin duda, aunque están al debe en el tramo decisivo del Apertura.

Sosa/Calandria. Estuve a punto de escribir Castillo/Calandria (dado que ambos son centrodelanteros), pero luego reparé que: a) el máximo artillero de la UC es el argentino, y b) que Castillo desapareció del mapa hacer largo rato. Sosa es el hombre que desequilibra, merced a su velocidad (destacadísima en el medio nacional), capacidad parar encarar y contundencia. Se mueve más por fuera del área -ambos costados-, pero en el último cuarto de cancha mete diagonales y remates que desfonda cualquier resistencia. Calandria es de área. Bueno en el juego aéreo, sin grandes atributos técnicos con la pelota en los pies, pero de una perseverancia y entrega realmente conmovedoras. Ah, y agreguemos que se convirtió en un excelente ejecutante de penales.

Ya no resta nada por escribir. Bajo la conducción de Jorge Osorio (para mí, el mejor árbitro chileno) y con un estadio que mostrará más de 40 mil espectadores, Universidad Católica y O’Higgins de Rancagua deberán estar a la altura de las expectativas. Para los de la franja, además, la instancia podría servir para terminar con una preocupante seguidilla de segundos lugares; para su oponente, la perspectiva de alzar, por primera vez en la historia, la copa de campeón…