21 octubre 2011

Glee: La película (en 3D).

No sé si han visto Glee, pero es una serie del cable sobre un colegio gringo con casilleros y porristas donde los alumnos van a puro cantar, hacer coreografías y/o llorar porque el resto no los acepta tal y como son. Son los losers del colegio, pero afortunadamente son todos secos para el canto y/o el baile, así que les dan esperanza a todos los losers del mundo para llegar a ser todo lo que quieren ser, siempre y cuando tengan talento. Si no triunfan en el mundo del espectáculo eso sí, nunca nadie los va a respetar, sorry. Tampoco tienen prueba nunca, ni van a clases normales, pero cantan Don’t stop believing y filo con la PSU. En resumen, es maestra la serie y todos deberían verla.

A mí me gustan caleta las canciones de Glee y me río ene con los personajes, sobre todo con la entrenadora apestosa, la rubia Brittany (la mejor) y el Kurt, que es el gay y todos lo quieren y lo respetan, igual que a los gays en la vida real, incluyendo su papá que lo trata mejor que el mío, porque mi viejo es lo peor. Todo el día que saque la basura, que bañe al perro, que le devuelva las pastillas de la epilepsia a mi tata Paolo, etc. ¿Y qué pasó con mis sueños? A la papelera de reciclaje, obvio.

Pero todos mis dramas se me olvidan cuando veo Glee y todos empiezan a cantar y a bailar, sobre todo la Rachel que canta mejor que Miriam Hernández y Cecilia Echeñique combinadas. Nunca me aburro como en los otros musicales porque en Glee cantan puras canciones famosas que uno ya se sabe de memoria y que se pueden cantar de una. Casi siempre son músicos famosos y de moda como Journey, Lionel Ritchie o Barbra Streissand, así que todo bien. No entiendo cómo a alguien no le puede gustar Glee, la dura.

Y bueno obvio que iba a querer ver esta cuestión de Glee: La Película en 3D, ¿qué mejor que ir a ver un concierto al cine usando lentes especiales? Respuesta: Nada. Para que sepan esta no es la típica película porque no se trata de nada. Son los compadres de Glee preparándose para un concierto, después parte el concierto y tocan como dos millones de canciones, y entre medio ponen historias de la vida real de gente loser que lo único que hace es ver Glee para que a uno le dé lástima y se sienta bien consigo mismo. O sea, es una película muy optimista con lección de vida.

La verdad es que yo voy súper atrasado en Glee (el último capítulo que vi fue uno en que cantaron), pero así y todo lo pasé CHANCHO viendo esta cuestión. Me gustó ver a los personajes preparándose para el concierto y después salir y mandarse las canciones maestras de la serie. Rachel está toda nerviosa y perfeccionista y después sale y se pega los medios gritos y a un señor en la audiencia le explotan los ojos. Nah, nunca tanto, pero tiene la media voz la comadre, hay que decirlo. Hay otra parte en que la Brittany (seca) canta y baila una canción de la Britney, y aquí fue donde todos los papás que estaban en el cine aplaudieron y después le pedían al compadre de la cabina que la retrocediera. Incluso vi un papá que llevaba a la hija por segunda vez al cine, y la hija le pedía llorando que la dejara irse al colegio porque tenía prueba.

La parte que menos me gustó fueron las historias de la vida real sobre gente enfermita fanática de Glee. Yo entiendo que los de Glee están ocupados y no tienen tiempo de hacer conciertos y capítulos de Glee al mismo tiempo, pero me dieron lo mismo estas historias, aunque igual había unas buenas que me emocionaron ahora que lo pienso.

Hay una de un compadre que cuenta que Kurt le cambió la vida por ejemplo, y otra de una gordita que en su casa tiene hasta el Papel Confort Oficial de Glee y que es la persona más monotemática de la historia. Pero la más emocionante de todas es lejos la de una enanita. Es emocionante esta historia porque la comadrita cuenta que gracias a Glee se aburrió de que le dijeran “Qué pasa, Willow” o “Cómo te ha ido con el anillo, Froda” o “Hey, qué haces allá en la distancia, acércate”, y decidió inscribirse cara de astilla en EL PROGRAMA DE LAS PORRISTAS DE SU COLEGIO y la ACEPTARON. ¿Cómo les quedó el ojo? Y muestran que las demás porristas están haciendo barra, y la agarran y la tiran para arriba y les juro por Dios que en una escena la entrenadora dice que es bacán que sea enanita porque así las demás porristas la tiran como pelota. Le va tan bien a la socita, que incluso termina yendo al baile de graduación con un minoco hot, y espera que la escojan la reina del colegio. Si al final pasa o no que le tiran un balde con sangre a la enanita y termina destruyendo todo el colegio a lo Carrie, es algo que voy a dejar en el misterio.

Lo otro que me gustó es que muestran una guagua chinita que tiene como dos años y que es fanática de Blaine. Da lo mismo que les cuente, porque cuando vean a la guagua haciendo las coreografías se van a ahogar de risa y de tanto hacer “Aaw”. La dura, me dieron ganas hasta de adoptar a un chinito como Angelina. En resumen, es todo buena onda y tira para arriba (como pelota), así que uno está todo el rato contento. Y si a eso le agregamos las canciones, todo bien.

Veredicto: Les recomiendo esta película a todos los fanáticos de Glee, de los covers de canciones viejas y/o de las enanitas porristas que son tratadas como pelota. Además el 3D y el sonido bacán del cine hacen que sea igualito a estar en un concierto. Se ve mucho más de cerca, nadie vende bebidas desvanecidas calientes a dos lucas y no hay dos millones de mamertos grabando el concierto con el celular para después mostrárselo a nadie, pero fuera de eso, ES IGUAL QUE UN CONCIERTO. Así que ya saben, partieron con sus cintillos y sus pulseras fosforescentes. Trescientos millones de estrellas y un María José Quintanilla Award a la Rachel, por seca.

Hermes El Sabio

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