Giras de verano: Gratas sorpresas
No hay nada más bueno que, cuando vas a vacacionar, te encuentres con que en la plaza principal se trabaja a toda máquina en un escenario y que, entrada la tarde, cuando recién vuelves a recargar pilas para disfrutar de la noche veraniega, algunos fans ya están pegados a la reja o, en el mejor de los casos, una banda prueba sonido y te enteras que hay un show que, fácilmente, en otras condiciones no te encontrarías tan a la mano.
El folclore del lugar en el que estás se pone al servicio de estas ilustres visitas que, a lo más, podías ver por la tele o escuchar por la radio. Alrededor de los festivales veraniegos que proponen las municipalidades no solo se les da espacio a los consagrados, sino que puedes encontrarte con talentos inesperados o hacerte parte del jurado del pueblo, que se prepara todo el año para esas noches.
Pero también es un espacio súper importante para los músicos, que paran gran parte de la olla anual y sus proyectos musicales con estas inhóspitas invitaciones. Visitar un pueblito, una ciudad pequeña o cualquier lugar distinto a donde podemos encontrarlos siempre, no solo ayuda al turismo y la recreación de los turistas y parroquianos, sino que les da a los grupos espacios para desarrollarse, tratar con públicos distintos y entregarse cada noche a la conquista de nuevas audiencias.
Así, no es casual que las bandas más renombradas, respetadas y creativas de la música nacional dejen los pies recorriendo Chile. Los Búnkers, por ejemplo, hacen un alto en su vida en México para regresar y encantar con su música en grandes estadios y en modestos festivales, donde el talento, el oficio y el trabajo son palpables y se ponen a prueba no siempre con todos los glamorosos recursos de las capitales.
Lo mismo hacen Francisca Valenzuela, Chancho en Piedra, Sinergiay un montón de bandas y solistas más, que tienen un desplante en el escenario a toda prueba y son capaces de tomar el desafío de pararse en cualquier lugar de Arica a Punta Arenas, haciendo un trabajo que no cualquier músico tiene el ánimo de hacer. No debe de ser nada fácil estar presto a tocar en cualquier condición y a un público que nunca sabes cómo te recepcionará.
Y como todo tiene un final, cuando el verano se acaba, también se termina un periodo recargado y variopinto de espectáculos. Pero, ojo, que se acaba de la mejor manera: Lollapalooza ha sido el mejor cierre de verano de los últimos años. Ya, ok, para el 6 y 7 de abril estás de vuelta a la rutina y hace un rato guardaste el bikini o el traje de baño, pero el calor que queda para esa época, la calidad del show y de la experiencia hacen del festival el momento ideal para cerrar este mágico ciclo vacacional lleno de sorpresas y canciones. ¿Te lo vas a perder?