Criogenización: otra ficción que hoy es ciencia

No sé ustedes, pero la primera vez que yo escuché hablar de este tema fue con el mito de Walt Disney. Era chica, estaba a punto de viajar a Disneyland con mi familia y un inescrupuloso compañero de curso me lanza el desafío tentativo: “oh, qué suerte tienes. Vas a poder ver el ataúd congelado de Walt Disney que está en un lugar secreto de Epcot Center”. No se preocupen, no le creí –soy ingenua pero no tanto, ja– pero sí quedé con el bichito y, averiguando por aquí y por allá, me entero que el mito es de lo más extendido. Muchos juran que el creador de Mickey Mouse fue criogenizado (ese es el término correcto) cuando sus signos vitales ya eran débiles, que él mismo habría pagado para someterse a ese experimento en su lecho de muerte, y que su cuerpo gélido estaría esperando a que se invente la tecnología necesaria para volverlo a la vida.Suena a ciencia ficción, sí. Es más digno de alguna novela de Bradbury o Assimov, hasta hay una buena película romanticona al respecto (“Forever Young”, con Mel Gibson), pero lo cierto es que el cliché de la realidad superando la ficción se reivindica todos los días. La Criogenización es un tema serio para muchos y en constante avance científico. Me puse a googlear qué había de nuevo justamente porque otro famoso, el presentador estadounidense Larry King, emitió una seria declaración ayer sobre su deseo de pagar para quedar en “animación suspendida” cuando esté a punto de morir, y así puedan revivirlo apenas la ciencia encuentre cómo. Otro loco, dirán ustedes, pero la locura tiene cada vez más lógica.

Desde 1998 que existe en la madre patria la “Sociedad española de Criogenización”, cuya finalidad es apoyar las investigaciones médicas al respecto y buscar la “profesionalización” de este servicio.  Tan seguros están de que la ciencia está cerca de lograr la hazaña, que hasta han “congelado” a algunos seres queridos fallecidos con la esperanza de revivirlos pronto. Tienen razones para creer que van bien encaminados, dado que siguen los pasos de varios laboratorios en EEUU que ya han logrado avances con las técnicas utilizadas en la preservación de órganos para trasplantes, por ejemplo. Mantener el cuerpo en «status quo» no es el problema: el verdadero desafío es detener la degradación natural a punta de grados bajo cero para que, cuando esa persona «despierte», pueda volver a caminar por el mundo tal como el último día de su vida anterior.

En un comienzo sería un servicio caro, para millonarios –como los viajes turísticos a la luna-, pero lo más importante de todo, es que podría convertirse en realidad. Hemos sido testigos de tanta «ciencia ficción» convertida hoy en «ciencia», que no me sorprendería alcanzar a ver este «servicio» en funcionamiento. Los creadores de Star Trek a fines de los 60’s inventaron unas maquinitas inalámbricas muy locas para que sus personajes se comunicaran, idea sólo posible bajo los efectos de la droga recreacional de turno, decían. ¿Y qué pasó? Un par de décadas después alguien le encontró sentido, diseñó unos aparatos muy parecidos y hoy son nuestra realidad y rutina: los celulares. Para qué hablar del bluetooth o los tablets, también soñados en esta serie futurista sesentera. ¿Quién dice que algo «loco» en el presente, como la Criogenización, no pueda ser certeza mañana? Yo sólo sonrío y tomo palco: para disfrutar de lo que viene, hay que dejarse llevar. Y enfriar.