26 noviembre 2010

La generación muda (o por qué nos acomoda más un SMS)

Hace unos días mi gran amigo Pancho Ortega posteó una frase que no dudé en retuitear. “Odio hablar por teléfono, siempre me ha cargado”. Pero lo interesante fue lo que sucedió segundos después: 17 retuiteos en menos de 5 minutos. Todos jóvenes profesionales sin mayores trabas en la vida, vociferaban su aversión a discar un número de 7 dígitos. Es una tendencia generacional. ¿Qué nos pasa? Nada malo, espero. Es solo que la vida es mejor con un SMS.

Una conversación telefónica me quita tiempo, esa es la verdad. Si necesito decirle algo a un colega, conocido o desconocido, uso inmediatamente el mail, sin pensarlo dos veces. Si el destinatario es, por otro lado, un amigo o un familiar, un conciso y preciso SMS es más que suficiente. Y bueno, Twitter funciona de la misma manera. Es como una conversación constante por mensaje de texto, tan rápido y cómodo que da gusto. Porque lo relevante, lo
importante, convengamos, se debe decir a la cara. Si necesitas conversar algo que da para largo, te reúnes con el susodicho en vivo. Esta generación tecnologizada no olvida que tiene vida, que hay que respirar oxígeno y estrechar manos, no se preocupen. Pero sí optimizamos recursos, que en mi caso, y en el caso del teléfono, se resumen en ganas, energía y tiempo. Con la única persona en que debo sí o sí calentar el auricular es con mi mamá. Y sólo porque no tiene idea qué es un mensaje de texto.

Según datos de la consultora Gardner, hasta el 2006 se enviaban en el mundo 300.000 SMS por segundo. Con esta generación que odia hablar y prefiere escribir, ¿cuántos serán ahora? Y hablando de optimizar recursos: un controlador aéreo en EEUU ayudó a aterrizar a una avioneta por SMS. Se había quedado sin electricidad en pleno vuelo, el piloto llamó desde su celular a la torre de control, pero la comunicación se cortaba y la llamada se perdió. Entonces un operador encontró la solución: enviarle varios SMS con instrucciones detalladas, que fueron de gran ayuda para que el avión aterrizara sin problemas. Fue un final feliz.

¿Más curiosidades? Para escribir la palabra “diez” hay que pulsar las teclas de sus letras diez veces. Si escribes desde un celular común, la palabra “acababa” puede ser, paradójicamente, inacabable. Todas las letras de esta palabra están en la misma tecla, y como hay que hacer una breve pausa entre letra y letra… Además, si usas el diccionario predictivo T9 que llevan incorporado varios celulares, las palabras ‘queriendo’ y ‘sufriendo’ se escriben exactamente igual, señal para muchos de lo complicado que es el amor.

Ad portas del LG Mobile WorldCup 2011, este dato no es menor: el Récord Guiness de velocidad escribiendo SMS es del portugués Pedro Matías, con un tiempo de 1:59 tecleando este texto: “The telephone was invented by Alexander Graham Bell (UK), who filed his patent for the telephone on 14 February 1876 at the New York Patent Office, USA. The first intelligible call occurred in March 1876 in Boston, Massachusetts, when Bell phoned his assistant in a nearby room and said ‘Come here Watson, I want you’.” Varios compatriotas creen que pueden superarlo y se verán las caras en la gran final chilena este domingo en Movistar Arena.

Somos una generación muda, con la voz en los dedos. ¿Es malo? No, siempre y cuando esa voz, cuando amerite, sea capaz de gritar tan fuerte como usando un megáfono.

Fran Solar

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